Narra Josh
-Josh, ¿qué demonios pasó?-Me preguntaba Tyler, exasperado, por décima vez mientras caminaba cómo loco por pequeña sala de espera.
-Ty, te lo he dicho, no lo sé. Simplemente se puso así de un momento a otro.-Le dije evitando comentarle la situación tal cual había sucedido.
El padre de Emma estaba parado, recargado sobre el marco de madera de la puerta de la sala, tenía los brazos cruzados y una expresión totalmente dura, veía solo el piso, mientras que Eunice estaba sentada en uno de los pequeño sillones de color marrón que había en la habitación.
El silencio era incomodo, y todo el lugar estaba tenso.-Doy la confianza de que salga y esto sucede-Dijo un hombre con voz muy grave que entró a la sala sin al menos saludar.-¿pueden decirme con exactitud que sucedió? He viajado desde una convención en Chicago, para ver cómo ella es atendida con no se que tipo de cuidados. ¿Dónde está? ¿Qué doctor es la que la atiende?-Dijo. Su voz y el tono en el que hablaba comenzaba a irritarme, ¿quien se creía para venir y hablar así?
-Oliver, esto pudo haber sucedido, aún si ella estuviera contigo.-Dijo Eunice poniéndose de pie, y tratando de ver a los ojos a aquel hombre alto, de piel muy blanca y mirada penetrante.
-¿Sabes cuál es la diferencia? ¡¿Sabes cuál es la maldita diferencia?!-Dijo el hombre elevando la voz descontroladamente.
-¡Basta!-Gritó Frank, el padre se Emma.-No puedo permitir que vengas de esa manera a hablarle así a mi esposa, Oliver, ella creemos que está bien, ella lo estará, no fué tan grave.-Dijo tranquilizando su voz.
Todo se quedó en silencio por algunos segundo.
-Veré como está, si está estable, es hora de que la lleve conmigo-Dijo el hombre saliendo de la sala a paso acelerado.
Todo fué silencio de nuevo. ¿Quien era él? Y ¿con que derecho podía llevarse a Emma?. La vida de esa chica era extraña, pero eran cosas las cuales se reusaba a hablar.Entramos a la habitación de Emma, estaba recostada en una cama. No tenía suero o algo por el estilo, sólo un montón de píldoras separadas en pequeño vasitos plásticos en una mesa al lado de la cama. Se veía débil y pálida
-Ho...Hola Em.-Dijo Tyler acercándose a ella. La sujeto de la mano, lo que me provocó que soltara un pesado suspiro. Emma volteó a verme y ligeramente me sonrió.
-Josh, perdón-Diji con voz muy baja y débil. Se veía cómo si no estuviera en este mundo.
-Descuida. Ahora, solo descansa.-Volvió a intentar sonreírme.La puerta de la habitación se abrió.
-Fuera de eso, está estable doctor-Dijo el sujeto que habia atendido a Emma, dirigiéndose al tipo agresivo que entró en la sala de espera, y que ahora sabía, que era doctor.
Emma se sobresalto en cuanto lo vió. Trato de mejorar su postura, y levantó la cara, manteniéndose así a pesar de la evidente pesadez que sentía.
-Oliver...hola-Dijo esbozando una enorme sonrisa, y sus ojos estaba llenos de confusión.
-Hola, veo que has tomado unas vacaciones y decidiste que sean aquí.-Dijo rodean la habitación con la mirada.
-Puedo explicarlo- dijo ella excusándose.
-No es necesario, basta con qué estés totalmente recuperada y nos iremos.- Emma frunció el ceño asustada.
-Oliver, no, no quiero irme, aun me faltan algunas semanas.
En cada palabra que ellos decían me confundían cada vez más, y por lo visto, a Tyler también, quien solo veía a uno y a otro según hablaran con los ojos entre cerrados.
Mi celular comenzó a sonar, el número solo estaba registrado con una E. Contesté.
-Ho..hola señor, los he estado buscando toda la mañana, ¿se les ofrece algo? Busque las agendas pero creo que volvieron a tomarlas-Era una mujer, que en eso último, su voz se escuchaba irritada.
-¿Quien eres?-Pregunté.
-Soy Esther, su asistente.-Me dijo aclarando.
-¡Oh! ¿Euinece te contrató?-Le pregunté.
-Am, ¿no? Desde hace un año que lo soy, es que he estado saliendo, je y no puedo asistir, pero le doy gracias por que mi paga siga llegando y..
-¿Qué?!-Se me escapó en grito.-¿Cómo que te pagan sin trabajar? Mira amm, ¿Esther?, estoy en una situación algo complicada, pero hablaremos luego.-Y colgué.
No es que sea ambicioso, pero nadie en este mundo puede andar por ahí con un sueldo de casi 3000 dolares a la semana sin hacer absolutamente nada.
Volví a entrar en la habitación, Emma parecía algo desanimada mientras que el sujeto alto checaba su celular. Del silencio generado en la habitación, Emma aclaró su garganta, y todos la volteamos a ver.
-¿Pueden... Pueden por favor dejarme un momento a solas con el Doctor Oliver? Por favor.-Se escuchaba algo decidida, como si en ese largo silencio anterior hubiese planificado algo y ahora lo decía con seguridad.
Salimos de la habitación, no sentía que algo bueno fuera a suceder.