4 . Tentaciones.

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Como le gustaba a los especies presumir de pene grande. Pensó Marc y no por primera vez.
Trey se lo dijo incluso antes de empezar a trabajar con ellos. 

Al parecer la mayoría de los especies estaban bien dotados y eso por algún motivo les hizo pensar que los humanos, todos, estaban en desventaja en tema tamaño.
Pobres ilusos.

Marc nunca se sintió tentado a mostrarles lo mucho que se equivocaban a ese respecto.
Nunca ha sido tímido, pero tampoco era un exhibicionista.
Los pocos especies con los que más se relacionaban eran los que formaban parte de los grupos de rescate.
Y con todos había seguido la misma rutina, no por gusto , sino porque en ese aspecto los especies eran muy predecibles.
Parecían creerse los más grandes, fuertes, feroces y bien dotados.

Con la primera lucha Marc se aseguraba de quitarles todas las ilusiones.
Primero barría el suelo con ellos, dándoles una paliza en todos los tipos de combate. Cuerpo a cuerpo. Con arma blanca y con arma de fuego.
De hecho estaba secretamente muy orgulloso de no haber sido nunca derrotado en combate por un especie. 

El capullo de Trey seguía siendo un grano en el culo a ese respecto, pero bueno, se conformaba con ver la cara atónita del pobre tonto que creía que por ser especie tenía algo que hacer contra el. Jajaja.

La segunda parte de la rutina también era muy predecible. Siempre lo mismo. Inevitablemente acababa coincidiendo en los vestuarios con los especies y si bien no era ningún exhibicionista... tampoco tenía nada de lo que avergonzarse. Nada de nada.

Además al contrario que los especies el tenía pelo en el pecho, que le bajaba por el caminito feliz de sus abdominales y se unía con el pelo de su ingle.
Le daba igual lo que pensarán los especies, el pelo en pecho diferenciaba a los niños de los hombres .

Y los especies se creían muy hombres... pero ninguno tenía su caminito feliz, pensaba con satisfacción.
Por eso ni se molestaba en responder a comentarios como el que le acababa de hacer Over.

Por lo que había oído el especie pronto empezaría a entrenar con el equipo de combate, así que era cuestión de tiempo de que se comiera sus palabras.

Aunque si era sincero consigo mismo, el hecho de que hubiera realizado dicho comentario delante de Mary y de Harley le picaba un poco .
No por ella, después de todo la chica fue lo suficientemente sensata como para poner los ojos en blanco y ignorar el absurdo comentario (aunque lo de los limones y los melones tuvo su gracia).
No. Lo que le molestó un poco fue el hecho de que por el comentario realizado de Harley pudo deducir que el especie también creía que el estaba en el grupo de los pulgarcitos.

Y eso le jodía profundamente.

El porque era muy simple. Llevaba ya varios meses vigilando aquel especie.
Siempre sabía dónde estaba y se aseguraba de saber con quien.

Incluso se podía decir que eran casi amantes, a lo largo del último año se habían tirado casi a las misma personas.

De hecho eso fue el primer motivo por el cual empezó a fijarse en el macho. Uno de sus amantes ocasionales , uno de los trabajadores de mantenimiento, le dijo que follaba exactamente igual a Harley.

Marc no le dio mayor importancia, pero cuando semanas después se lo comentó uno de los asesores de imagen de la ONE, sintió curiosidad.

Y se molestó en averiguar quién era ese tal Harley.
Desde entonces, tuvo que admitir que se había creado una pequeña obsesión.

Nunca dio un paso hacia el especie y eso era por una razón muy simple.

Harley estaba en el armario.

Y Marc no se follaba a nadie que estuviera allí.

A su modo de ver las cosas eran muy simples.

Le importaba tres cojones si la gente sabía o no que era gay, le importaba menos todavía lo que pensará la mayoría de la gente al respecto, y no estaba por la labor de jugar a las escondidas .

Por eso el especie estaba totalmente fuera de sus límites.

Y lo jodido es que todo parece indicar que las próximas semanas tendrían que convivir en la misma casa... dulce tortura.

Se aseguraría de que sus turnos no cuadren. Que cuando uno esté descansando el otro trabajando. Es o eso o caer en la tentación y follárselo.

........................

Harley acostado en su cama provisional, la que por turnos compartía con el humano Marc , miraba el techo.
Las luces estaban apagadas, aún así el cuarto era perfectamente visible.

La habitación cuya dueña anterior había sido Anne, pegó al techo ciento de estrellitas fluorescentes que brillaban ante su vista.
Pero lo que  lo mantenía despierto no era esas molestas lucecitas.
No. Lo que provocaba su insomnio era el olor de la habitación.

La casa que cuenta con dos dormitorios y un sofá cama estaba siendo compartida por los cuatro miembros del equipo de seguridad.

El dormitorio de Anne poseía dos camas de 1.10 m que en principio estaban unidas para formar una gran cama extragrande.
A los hombres no les costó nada separar las camas.
Al menos eso fue lo que acordaron antes de trasladarse .
Por lo tanto decidieron aprovechar el tiempo que las hembras tenían todavía pagado el alquiler y así tener un sitio seguro donde quedarse y no un hotel que podría ser potencialmente peligroso para los especies.

Hasta ahí todo bien. Decidieron que alguien se quedaría en el sofá cama , alguien en la habitación de Mary y los otros dos compartirían el dormitorio de Anne. Algo que debería ir sin problemas y más teniendo en cuenta que sólo dos estarían a la vez en el domicilio.

Como Marx y Over tuvieron el primer turno de vigilancia. Hardy y el otro humano del equipo fueron los encargados de dejar el equipaje y pertenencias donde cada cual se instalaria.

El humano enseguida proclamó que el sofá cama era suyo, y Harley para preservar la comodidad del otro humano le cedió el dormitorio de Mary y puso tanto sus cosas como las de Over en el cuarto de Anne.
Hasta ahí ningún problema.

Pero cuando acabó su propio turno y volvió a la vivienda se encontró con una sorpresa.
Al parecer Over no había sido capaz de dormir en la habitación donde Harley ya había dejado su olor. Tan acostumbrado estaba ya a vivir en la zona salvaje que el olor de otro canino lo irritaba profundamente. 

Le pidió a Marc que cambiarán de habitación.
Y así Harley sin quererlo se encontró compartiendo dormitorio con el humano que tanto le fascinaba.

Y el olor... puro pecado. Como haría para superar los próximos días hasta poder volver al Homeland, él no sabía.
No quería hacer que el humano se sintiera incómodo, aún así no pudo evitar acercarse a su almohada y aspirar profundamente.

Joder, si.
Se le iba hacer eterno hasta poder volver a casa y alejarse de la tentación.

Harley (#4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora