11. Mamá gallina

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Nada como una semana en la casa de tu infancia como para que eches de menos el trabajo.

Claro, una madre metiche, un padre pasota y dos hermanos impertinentes era lo mejor del mundo. Pero en pequeñas dosis.

Debido a que él le dijo a su madre que tendría la semana libre, ella había insistido a sus hermanos que también debían cogerse ellos unos días y todos volver a casa. Después de todo no todos los días podía una tener a todos sus chicos en la misma casa.

Sus hermanos no estaban muy contentos con la idea, uno de ellos incluso argumentó que tenía una vida. Pobre diablo. Al escuchar esas palabras su madre le preguntó qué clase de vida era esa que tenía que a los treinta años todavía no tenía una mujer y un par de niños.

Con su mamá todo se reducía siempre a lo mismo. Cuando eran niños siempre se lamentaba por no haber tenido ninguna niña que la quisiera como amiga y compañera y que no la abandonaría jamás.
Con esas palabras siempre conseguía engañar a alguno para que se fuera de compras con ella o a tomar el té o algo igualmente aburrido.

En la adolescencia su jugada fue otra. Siempre estaba orgullosa de sus bebés deportistas y les animaba a acabar el instituto, ir a la universidad y volver rápido a casa a tener hijos. Marc se acordaba de lo mucho que se enfadó cuando el llegó a casa un día y dijo que no iría a la universidad. Sino que se alistaría en las fuerzas Armadas.
Desde entonces ella siempre esperaba que acabara con algún contrato y luego pusiera su vida en orden.
Recordó la última conversación que tuvieron al respecto, tan sólo dos días antes.

Cuando entró en la cocina por la mañana, ya estaba allí toda la familia. Su madre preparando toneladas de bacón que los demás miembros de la familia devoraba.
Cuando de repente ella posó con fuerza la sartén humeante en la encimera y se dio la vuelta. Conociendo su exposición todos alrededor de la mesa sujetaron con firmeza sus platos y estaban listos para escapar en cuanto ella escogiera el blanco de su furia.
Esta vez no tuvieron suerte. El único que parecía que iba a librarse era su padre, quien al ver que  la bronca no iba con él respiró aliviado.

- Se puede saber cuando pensáis empezar a comportaros como hombres y casaros y tener familia? A vuestras edades vuestro padre y yo ya os teníamos a los tres. Es que acaso os habéis propuesto matarme de un disgusto?

- Mamá....

- No mamá , ni mamá. Yo he criado a hombres no a niños eternos que no saben vivir su vida. A ver tu Marc eres el mayor. Que esperas para traerme un nieto?

- Mamá no es tan fácil.

- MALDITA SEA!!! pues haz que sea fácil. Miles de personas tienen embarazos no deseados al años, accidentes o como quieran llamarlos.

- Mamá, es un poco difícil tener ese tipo de accidentes con hombres. Créeme por mucho empeño que le ponga estoy seguro que es casi imposible que deje a un hombre embarazado.

- No te me hagas el graciosillo. Sabes perfectamente que eso no es lo que he dicho. Digo que te cases con algún buen chico y adopten a alguna de esas pobres criaturas.

- Tampoco es muy fácil adoptar en mi línea de trabajo. - Marc vio como los cobardes de sus hermanos aprovechándose de que su madre estaba centrada en él e empezaban a escabullirse.

- Eso es otra. Tienes 35 años, ya está bien en andar jugándote la vida, ¿Por qué no puedes tener un trabajo normal? Uno donde no tengas a tu madre continuamente esperando que la llamen para identificar tu cuerpo. - ella empezó a llorar.

Marc nunca pudo resistirse a las lágrimas de su madre. Sus hermanos ni su padre tampoco, todos le miraron acusadores .

- Mamá no llores. Escúchame. Ya no es así. Ya no me juego la vida continuamente. - ya era hora de que su familia conociera algo de su vida. Antes no podía contárselo, pero ahora tenía un trabajo que no requería secretismo absoluto. - lo que os voy a contar prefiero que no salga de aquí. No porque sea peligroso para mi. Pero no nos podemos arriesgar que personas indeseadas pueda querer haceros daño. - Marc cogió las manos de su madre y la instó a sentarse - trabajo para la ONE.

- Para los nuevas especies?

- Mi trabajo consiste en rescatar cuando tenemos constancia de alguna instalación nueva. El resto del tiempo me dedico a formar a los especies en los diferentes tipos de combate. Básicamente ese es mi trabajo. Comparado con lo que solía hacer es más bien aburrido. Y seguro.

- Por eso ahora vienes tanto a casa. El Homeland está a 200 kilómetros al sur y la reserva a 300 km al norte. Estamos justo en medio.

- Así es. Normalmente suelo trabajar en el Homeland, pero los próximos meses estaré en la reserva. Varias de las personas que viven allí pidieron un entrenamiento más exhaustivo y me tocará a mi dárselo.

- Entrenamiento.

- Entrenamiento.

- Seguro y no peligroso ?

- Básicamente. - y su madre se agarró a su cuello y volvió a romper en llantos. Mirando a través de la mesa vio que los demás parecían respirar aliviados. - realmente es algo que os preocupaba.

Su padre se acercó y puso una de sus manadas en el hombro.

- Eso es mucho mejor que todos los escenarios que nos hemos imaginado los últimos 17 años.

- Vale. - y separándose de su madre - ya estás más tranquila?

- Si... - y sonriendo - no me importaría tener un nieto nueva especie.

A Marc  no le quedó más remedio que reírse, su madre no cambiaría nunca.

- Por muy nuevas especies que sean... todavía es imposible dejar a un hombre embarazado. Que te parece si me pienso todo eso de la adopción cuando tenga una pareja estable?

- Eso me haría muy feliz. Pero dime la verdad... no hay ningún especie que te haga tilín?

- Bueno... hay uno. Pero es complicado .

- Ya me cae bien.

Harley (#4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora