Cap.22 Templo

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Este capítulo ya va en serio~ gracias por leerme

<<Narra Félix>>
Cabalgamos un día más, no sabía en donde estábamos, ni en que parte de Daetria, no podía decir si el sur, norte, este u oeste, me sentía desorientado, pero no hice nada más que seguir a Hei, y entonces, a medio día, llegamos a lo que parecía un templo abandonado, era más bien como una pirámide cubierta de plantas y maleza, era enorme, pero no más que los inmensos árboles que habían ahí, el paisaje era impresionante, la pirámide había sido construida con piedra gris, que hermoso trabajo, nunca había visto algo así, ni siquiera en la arquitectura Daetriana más antigua.

- Llegamos... - la expresión y modo de ser de Hei se transformó totalmente, se escuchaba con una inmensa tristeza

- ¿Qué haremos aquí? - pregunté

- La verdadera pregunta es ¿qué harás tú? Y contestándola, vas a entrar, bajarás a la parte más profunda y verás lo que parece un ataúd pero éste va a estar adornado, es bastante llamativo, no lo confundirás, quizá se enciendan unas velas que hay ahí sin que tú las toques, y escucharas a una mujer, responde con sinceridad a todo lo que te diga, entre más breves y sinceras tus respuestas mejor, no te hagas el valiente si te pregunta si tienes miedo, ella odia muchas cosas, entre ellas las mentiras, si mientes estás muerto, no lo hagas si es que quieres volver a ver a Nathaniel, y algo muy importante: no olvides nada de lo que te diga, en caso de que vuelvas me cuentas todo lo que ella te haya dicho, y antes de que te enseñe por donde entrar, hazme un resumen de todo lo que te acabo de decir -

Suspiré - Debo bajar, encontrar un ataúd llamativo, y responder con sinceridad a todo lo que me diga la voz de una mujer, no mentir porque me voy a morir si lo hago, ah, y no olvidar nada de lo que ella diga -

- Buen chico, ahora sígueme - dijo mientras se iba caminando

Hei iba toqueteando la pirámide, la verdad no parecía que hubiese alguna entrada, lo vi casi tropezarse con algo, y rompiendo un poco las lianas y maleza que había en ese lugar, para abrir ahí un hoyo.

- Es por aquí, si fuese tu, me convertiría en Chat Noir, al menos hasta llegar hasta abajo, necesitarás la visión nocturna, y hay unas piedras raras en el piso, no las pises bajo ninguna circunstancia porque vas cerrar ésta que es la única entrada, y el cataclismo no va a servir para que vuelvas a salir, ella protegió este lugar contra todo tipo de magia - dijo mientras yo estaba por entrar, pero me detuvo agarrando mi hombro con suavidad - Ah, y niño, si ves un cadáver llegando al penúltimo piso... cuando vuelvas, dime en qué estado se encuentra -

- Sí... ahora entrare, ¡Garras! -

Entré a la pirámide y estaba sumamente obscuro, lo sé porque la visión nocturna funcionaba de maravilla, a penas había un rayo de luz que era de por donde había entrado, era un piso bastante amplio, y a penas podía distinguir la minoría de piedras raras que me había dicho que no pisara, me las ingenié para cruzar toda la habitación, y encontré unas enormes escaleras que daban con el siguiente piso, hubiera saltado pero tenía muy presente que no debía caer en una piedra que no fuese la correcta, tardé a eso de 15 minutos en encontrar las siguientes escaleras, estaban en medio de la habitación, y está vez, las escaleras tenían muy pocas de las piedras raras, tenía miedo de pisar algo que me impidiese volver con Nathaniel, me tomó alrededor de un par de horas, o eso sentí yo, me tardé tanto porque en cada piso que bajaba habían más y más piedras raras que pisarlas podía costarme muy caro, y en uno de los últimos pisos para llegar al ataúd extraño, encontré lo que era un esqueleto en una posición de como si tratase de llegar a algo, miré y eran las escaleras, no para bajar sino de donde yo estaba viniendo, parecía que quería subir, y recordé lo que Hei me había dicho, llegando al penúltimo piso encontraría un cadáver... bueno, ahora era un esqueleto, no era más que solo huesos; busqué aún con más cuidado para no pisar nada indebido, y guiándome por la posición de aquel esqueleto, pude hayas fácilmente las escaleras que daban con el siguiente y último piso, el cual ya no tenía piedras que significaran algún peligro para mi.

Al llegar al último piso, encontré lo que era aquel ataúd extraño, era dorado con un dibujo algo extraño y muy básico de una mujer, no tenía mucho la forma de un ataúd ya que tenía algunas líneas curvas que encajaban bien con el dibujo, me quedé observando un rato aquel piso en el que estaba, y de pronto bajó la temperatura y sentí una brisa helada, y escuché como se encendían unas velas bruscamente a mi alrededor, observé y vi que se encendían justo después de que la brisa pasara frente a ellas, mi visión nocturna disminuyó un poco ya que la habitación tenía buena iluminación a pesar de ser llenada de luz únicamente por velas, y cuando pensé que nada más extraño podía suceder, escuché que ese ataúd estaba emitiendo quejidos, para luego escucharle sollozar, estuve así otros cuantos minutos, hasta que se calmó un poco, para ese entonces yo ya estaba sentado en el piso.

- ¿Quién eres tú? - dijo la voz de una mujer que sonaba que tenía una tristeza tan intensa como la pirámide en la que me encontraba

- Soy Félix Agreste, ¿puedo saber quién eres tú? -

- Soy la princesa Nefertary, ¿que haces en mi templo? - aún se escuchaba triste

- Vengo a hablar contigo -

- ¿sobre qué? -

- La maldición que creaste hace tiempo... ha caído sobre mi enamorado -

- ¿Que título tienes en la sociedad daetriana? - ahora sentí el ambiente mucho más tenso

- Soy príncipe, y mi enamorado Nathaniel es mago -

- ¿Me ha visitado la realeza? Imposible... su familia es fría y cruel -

- Sí, su majestad, yo también he de recalcar que estoy ante una realeza superior a la mía, princesa Nefertary -

- No quiero a nadie de la realeza daetriana aqui... retírate o yo misma haré que te largues -

- No me iré hasta que retire la maldición de Nathaniel, está sufriendo, y yo le prometí que le quitaría ese maleficio que nos impide amarnos -

- Dije que te vayas -

- ¡No! ¿Por qué no quiere la felicidad de otras personas? -

- No es felicidad, tú solo le mentiras y te irás con tu sirvienta... Bridgette, ¿no se llama así? Aquella chica que está locamente enamorada de ti y que posiblemente termine igual que yo, y en cuanto al mago Nathaniel... ¿no le estás mintiendo para que al final te vayas con esa sirvienta? -

- No, mi corazón nunca le ha pertenecido a Bridgette, sus sentimientos no son correspondidos, amo a Nathaniel más que a mi propia vida -

- Cállate y vete -

- No me iré de aquí hasta tener la certeza de que mi amante se ha curado del terrible mal que ha hecho caer sobre él -

- ¡Dije que te largues! - sentí el impacto del aire y como mi cuerpo chocó contra la pared, quedé inconsciente.

Al despertar estaba nuevamente fuera del templo.

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