CAPITULO I

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Estaba sentada en jardín de mi casa, con un libro lleno de romance, estaba tan concentrada en mis pensamientos, todo lo que invadía mi mente era mi compromiso, pronto me convertiría en Marquesa, pasaron años sin ver a mi prometido Alberto, Márquez de Bristol, recuerdo que su piel era blanca muy pálida, mientras que su cabello era negro con unos ojos de color verde, siempre estaba estrictamente peinado y arreglado, él era muy gallardo y muy guapo, bueno por lo menos así parecía en la foto que tenia  de él en mi recamara, nuestro compromiso se llevó a cabo desde que éramos muy niños, sin embargo el se fue a estudiar a Paris hace algunos años, me educaron para convertirme en su esposa, desde pequeña tenía claro que mi matrimonio era un hecho y su madre superviso toda mi educación

Mi familia estaba en malas condiciones económicas,  mi padre atravesaba una mala racha en sus negocios, la madre de Alberto se encargo de darle un prestamos a mi padre, cuando era niña el insistía que yo debía casarme por amor, pero cuando ella le otorgo ese préstamo se sitio comprometido, ella pidió mi mano cuando tenia 15 años, dijo que yo seria la esposa perfecta, yo deseaba casarme por amor, pero por las cuestiones económicas no pude negarme a la petición, creo que hasta la fecha a el no le gusta haber tenido que llegar a ese arreglo pero yo lo entiendo lo principal es sacar a la familia de la ruina

Fui mandada desde joven a un convento en el que me crié en las artes de ama de casa además de estudiar un poco de literatura, aprendí en contra de los deseos de mi familia un poco de administración y números, pero no importa esos conocimientos nunca los necesitare para hacerme cargo de una casa, hablo tres idiomas, español, inglés y francés, además de que trato de someterme a las normas tan estrictas que han marcado mi educación, pero en este momento me pregunto por qué Alberto nunca me habrá escrito ni una sola vez, cuando se lo he preguntado a mi padre dice que es una tontería, tal vez él tenga razón, estaba tan en mi sueño que no me di cuenta que mi hermana me llamaba

- Charlotte – grito mi hermana Jane, ella era todo lo contrario a mi tenía su cabello castaño mientras el mío era rojo, y sus ojos azules mientras los míos eran cafés y además ella era muy delgada y yo no tenía un poco más de cuerpo, ella el vivo retrato de mama mientras yo era una extraña combinación de ambos, ella solo tenía 19 años mientras yo ya tenía 23, está en el límite para casarme pero eso no me preocupa debido a que yo ya estoy comprometida por eso no me hicieron presentación ni me han permitido acudir a muchos bailes ni fiestas, sin embargo mi hermana si tuvo pero hasta el momento no había encontrado ningún marido – Charlotte, mis padres quieren hablar con nosotras, porque no contestabas

- Perdón Jane – le dije mientras me ponía de pie con una sonrisa en mi rostro - estaba perdida en mis pensamientos – dije

- Como siempre – contesto en tono molesto

- Oye tu dónde estabas – le pregunte – fui a buscarte en la mañana a tu recamara y no te encontraba

- Salí a dar un paseo por las tierras – dijo de manera descarada – en esta casa me aburro mucho no sé por qué no podemos regresar a Liverpool, ademas ahí están los negocios de papa,  aquí nunca podre encontrar un marido que me convenga o que me de lo que necesito

- Sabes que la salud de mi padre es delicada, y respecto a los negocios de eso se hace cargo Marco, pero en cuanto yo me case podrás ir con nosotros a Londres y encontraremos un marido para ti ya lo veras – dije – pero tú no debes salir sola, puedes toparte con un forajido 

- Claro que no además solo llegue al rió, espero que llegue tu matrimonio porque si no terminare casándome con un viudo – me dijo mientras comenzábamos nuestro camino hacia casa, su comentario me causo mucha risa – tú no te sientes rara de casarte con un desconocido

- No porque lo haría, así se hacen los compromisos – le conteste – además lo conozco desde niña, lo que pasa es que nos dejamos de ver muchos años  y  me ha mandado fotos de él, así que no es un desconocido

Amores TraicionadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora