Amores Traicionados

CAPITULO XXI

Regresar a Londres me emociono por un momento, amaba el campo pero volver a estar en mi casa me llenaba de alegría, mí recamara pintada en color violeta, mis libros en su estantería parecía que el tiempo no había pasado aquí, los sirvientes subieron mis cosas a mi recamara y mi nana acomodo los vestidos en mi armario, si no fuera por ese compromiso tan absurdo estaría encantada de regresar 

- mi niña como te sientes - pregunto mi nana mientras acomodaba las cosas en los estantes 

- bien, solo necesito acoplarme a las novedades nana, tengo miedo pero estoy asiendo lo correcto para proteger a mi familia  

- hay mi niña tienes mas carácter de lo que crees y muy pronto lo vas a descubrir 

- hay nana, mejor dime que haremos para cenar 

- quieres ayudarme 

- si, hace mucho que no lo hago 

Las dos nos dirigimos a la cocina, para cocinar, preparamos lomo de cerdo glaseado y para postre un pay de manzana, tenia todo listo y estaban colocando la mesa cuando entro mi padre al comedor 

- huele delicioso Charlotte, tu cocinaste 

- si - todavía estaba un poco molesta con él pero era mi padre y lo amaba 

- por favor Charlotte en dado momento tendrás que volverme a hablar y endentaras que es por tu bien 

- por el mio o por el tuyo, por que casarme te dejara muy buenas ganancias, por eso me vendiste al mejor postor o no, por que Marco nunca te daría la cantidad suficiente para seguir tu vicio 

- no puedes hablarme así soy tu padre y coloca dos lugares mas por que viene tu prometido a cenar junto con su padre 

Lo que me faltaba tener que atender al Conde, pero ese era momento adecuado para hacerlo tragarse varias de sus palabras, así que subí a mi recamara me arreglaría para la cena, me coloque un vestido sencillo colo rosa, no era mi color favorito pero de momento me serviría acomode mi peinado, cuando estaba terminando de retocar mi pelo subió mi nana avisándome que los invitados acababan de llegar y mi padre pedía que bajara , baje las escaleras y al píe de esta estaban los Condes, le dedique una enorme sonrisa a David 

- No cabe duda que tendré la nueras mas hermosa de toda Europa - el vestido que me coloque era uno de los mas hermosos de mi armario y el corte me era muy favorable, pude ver sorpresa en los ojos de Colín

- Buenas noches, bienvenidos, gracias por el alago 

Colín solo me miro sin decir una sola palabra, le dedique una mirada fría y severa cosa que al parecer le sorprendió por que enseguida miro hacia otro lado fingiendo interés en un cuadro de una paisaje que se encontraba dentro de la sala 

- Es un hermoso cuadro - dijo mirándolo fijamente - el paisaje se me hace muy conocido, quien es el artista tal vez pueda contratarlo para hacer uno de mis tierras 

- fue Charlotte, mi hija pinto ese cuadro hace apenas unos años y el lugar es la zona oeste de nuestra casa de campo tal vez por eso se te hace conocido - dijo mi padre orgulloso 

- pero eres una caja de sorpresas, si te gusta la pintura te asignaremos un área especial para ti, en cuanto seas la esposa de Colín, ademas mandare traerte todo el material que requieras desde París - todo de repente se torno incomodo  

- por que no pasamos al comedor - mi madre había salvado la situación con su comentario 

- estupenda idea - dijo mi padre ofreciéndole su brazo para que ella lo tomara

Colín y David me ofrecieron el brazo al mismo tiempo, pero yo opte por no tomar ninguno de los dos y seguir hacia el comedor, mi padre se sentó al centro mi madre a su derecha y yo a su lado, a si izquierda estaba David y justamente en frente de mi se encontraba su hijo, el cual el día de hoy me miraba demasiado, de repente me parecía como si quisiera decirme algo y no se atreviera, pero por uno segundos me dedique a observarlo era notorio por que Jane se enamoro de él si tan solo fuera un poco mas amable, las cosas serian mas fáciles entre nosotros