CAPITULO XXIV

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Me desperté muy temprano, me sentía terrible interiormente, cuando me mire al espejo me tope con una imagen horrible de mi misma, yo no seria su burla, no una vez mas, tenia que prepararme para irme a cabalgar con Pier, busque en mi armario y me tope con un traje de montar que sorprendente mente era de pantalón, no recordaba haberlo adquirido pero no importaba, me lo coloque y baje a la cocina 

- buenos días niña - mi nana estaba sonriente como todas las mañanas 

- hola nana, puedes prepararme una canasta con almuerzo, Pier y yo iremos a cabalgar

- el joven Pier esta en Londres 

- si es sorprendente verdad 

- entonces preparare dos canastas ese joven come demasiado - me reí con muchas ganas, era cierto a Pier podía comerse dos canastas de Almuerzo y aun así se mantenía esbelto, eso me hacia envidiarlo  

- y mis padres 

- tu padre fue a ver a su administrador y tu madre pasara el almuerzo en casa de una baronesa 

- alista todo nana por favor y cuando llegue Pier avísame 

- si niña, si no se cuela tu habitación como siempre 

Salí a pedir que me alistaran los caballos para salir lo antes posible y cuando entre de nuevo a la casa entro Pier acompañado de una de los mayordomos, señorita el joven la busca 

- gracias, retírate por favor 

- pero mírate - dijo Pier - sabes que si fueras un chico te propondría matrimonio - no pude evitar reír 

- supongo que gracias, por que no estoy segura de que sea un alago, vamos a la cocina mi nana esta preparando el almuerzo y lo podemos comer en patio como lo hacíamos antes en los limites de la propiedad 

- comida de tu nana - dijo Pïer - eso sera una delicia, yo te haré el honor de llevar la canasta

- amas la comida

- mas que a los chicos, claro todos amamos la comida - sus comentario me gustaban era tan despreocupado 

Acomodamos los caballos y nos dispusimos a partir, los dos alejándonos de la casa, se sentía bastante bien no quería tocar el tema pero sabia que el silencia que se estaba guardando entre los dos no iba a durar para siempre 

- bien cuéntame - dijo 

- que parte 

- todo, mira aquí podemos almorzar, bajemos y empieza a contarme Charlotte por que esa sonrisa que tienes hoy es demasiado falsa 

Bajamos de los caballos, enredamos las riendas de estos en un árbol cercano y comencé a relatarle todo lo que el quería saber, mi rompimiento con Alberto, los preparativos de la boda de este con Jane, la declaración de Marco y como me acabe comprometiendo con el Conde

- bien pero sigo sin entender tu desprecio por el Conde - hablaba mientras ser estaba devorando la comida de la canasta 

- te podrías comportar, te vas a atragantar 

- la comida de tu nana es deliciosa, no puedo evitarlo 

- eres un vizconde tus modales dan vergüenza 

- deja de criticarme y dime que tienes en contra del Conde 

-  es el amante de mi hermana - lo comente con toda la calma posible y vi como su cara cambiaba de satisfacción a sorpresa - se acostaba con mi hermana antes de que el estuviera comprometido conmigo y nada me garantiza que no mantengan una relación actualmente

Amores TraicionadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora