CAPITULO VI

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No podía creer las palabras que me decía, yo tratando de matarme que acaso había algo mas ridículo, ademas como se atrevía a tocarme, pero no puedo negar que por un momento me quede mirando fijamente su ojos eran tan parecidos a los de mi sueño que no entendía como podría ser eso posible 

- no pensara quitarse la vida verdad   - repitió nuevamente, sus manos sujetaban mi cintura - me escucha o es que acaso es sorda, lo que me falta para arruinar mi día rescatar una sorda, no tiene idea de lo dolorosa que sera la caida 

- suélteme - le grite - como se atreve a tocarme, quite sus manos de encima y para su información, no soy sorda lo escucho a la perfección, cada palabra que ha dicho la entiendo a la perfección 

- debería de agradecerme de salvarla de quitarse la vida, sabe que si hace tantos corajes se va arrugar, ademas del alboroto que causaría que una señorita de alcurnia hiciera tal acto - me coloco lejos de la orilla y me solto, era guapo no lo podía negar, pero me sentía tan molesta, como se atrevía a hablarme así, pero de repente tome en cuenta de que estaba completamente sola con un desconocido  

- le juro que si intenta hacerme daño se va a arrepentir - na sabia quien era y por supuesto que un vecino de las tierras no era, ademas como podría estar ahí, si no pretendiera robar o cometer algún delito, pero lo que mas me enfureció fue que él comenzó a reír como si le hubiera dicho algo muy gracioso 

- por dios usted este sugiriendo que me quiero aprovechar de usted, no podía tentar a nadie y mucho menos a mi -  lo mire fijamente y de repente sus sonrisa se mostró en un tono serio, mientras mi corazón me comenzó a doler nuevamente, de verdad era tan fea tan desagradable para los hombres - bueno no quise decir eso, usted bonita, pero...

- no se me acerque, ni diga nada mas - pude ver como retrocedió un par de pasos, creo que se dio cuenta que estaba demasiado cerca o que mi molestia iba incrementando poco a poco pero tenia suficiente con las burlas de Jane para todavía tener que soportar un altanero mas 

- sabe que es muy insolente - me dijo el casi en un grito - debería agradecerme que le salve la vida estaba a punto de caer por ese barranco, la libre de una muerte dolorosa 

- yo no tengo nada que agradecerle a usted que le quede claro y no me iba a caer ni siquiera estoy en el limite de la cascada - cuando le dije eso el se percato de que era cierto - esta cascada todavía tenia mucho y es muy segura así que usted no me salvo de nada, solo fue un entremetido 

- yo lo siento, es que desde mi punto de vista parecía que... - se alejo unos pasos mas, parecia que trataba de analizar lo demás que diría 

- no me importa lo que le parecía, usted no debería de meterse donde nadie lo llama, ahora le exijo saber quien es usted y que hace en las tierras del Duque de York 

- y usted quien se cree para pedirme explicaciones solo es una niña insolente que no se merece ninguna explicación de mi parte, ademas le recuerdo que como mujer no tiene ningún derecho de pedirle explicaciones a un hombre y sobre todo dudo que usted tenga a algún derecho sobre estas tierras 

- en eso esta muy equivocado, esta hablando con Charlotte, la hija mayor del Duques York y por lo tanto dueña de estas tierras que usted esta invadiendo señor, por eso mismo y con todo el derecho le exijo que abandone las tierras de mi familia en ese preciso momento si no quiere que lo mande sacar 

- con que usted es Charlotte - parecía sereno al mencionar mi nombre como si lo conociera de algún lugar - que no se supone que estabas encerrada en un convento llorando por que su prometido la dejo - pude sentir como palidecí, como podía atreverse a hablarme de esa manera y como sabia acerca de mi situación, aunque claro aunque la noticia debió correrse entre toda mi servidumbre y por ende entre la sociedad, esa era la única manera en que el pudiera saber que era lo que pasaba 

- le exijo en este momento que me diga quien demonios es usted señor y de donde consiguio esa información 

- una monja hablando de demonios eso es grave hermana, pero no se altere se lo diré, mi nombre en Colin, mi apellido no importa puesto que no tengo, soy un pobre campesino que brinda servicio en una de las casas cercanas y la conozco porque usted sera mi futura cuñada, tal vez si fuera mas noble y pudiera conversar de vez en cuando con su hermana en vez de solo centrarse en usted lo sabría, ahora con las presentaciones hechas me despido 

Vi como se dio la vuelta y se fue sin nada mas que decir, Colin, su nombre comenzaba con "C", igual que la inicial de la nota que estaba en el cuarto de mi hermana, pero dijo que era un campesino, Dios eso no era posible, él era el pretendiente de mi hermana, eso no podía ser Jane jamas se metería con alguien como el y no era que yo fuera de las que se fijaban en las clases sociales pero mi hermana si y jamas saldría con un hombre de su estirpe o acaso yo me estaba equivocando, era demasiada información para una tarde

Me senté un momento, si el sabia que yo estaba en el convento seria por que Jane se lo dijo y me menciono todo como si tuviéramos la vida de conocernos y eso solo me hacia pensar hasta que punto pudo haber llegado mi hermana con el, seria acaso de ellos ya habían pasado el punto de la decencia, pero que pensaba claro que ella no seria capaz o tal vez si, ya no quise pensar mas, monte mi caballo y regrese a todo galope a mi casa, me encerré en mi recamara, pedi que me prepararan un baño 

No podía dejar de pensar en ese hombre, me estaba perturbando demasiado sus palabras y esos ojos azules, su piel, tostada por el sol, bueno quedaba claro que era un hombre guapo, tal vez demasiado guapo para ser un campesino pero mis padres jamas aceptarían una unión así y Jane no podía tener esa actitud ni dejar en ridículo a Alberto, cuando pensaba en el pobre enamorado de mi hermana y traicionado, me dolía algo en el pecho lo seguía queriendo después del desplante que me hizo, fue mi primer amor y me dolía en los mas profundo que fuera traicionado 

Le tendría que poner un alto a todo esto costara lo que costara, no podía regresar al convento de mi hermana, me volvería después de verla casada y cuando ella haya partido a su viaje de bodas de ese modo al menos podría garantizar que mi familia no viera como su hija era enlodada por culpa de una locura provocada por el amor 

Amores TraicionadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora