16. El retorno del mal.

607 35 7
                                    

Adrien se había olvidado por completo del macaron que sostenía en su mano, solo un pensamiento rondaba por su mente. Sentía la necesidad de hablar con ella, de preguntarle sobre su misteriosa aparición, de saber por qué su rostro se le hacía tan familiar.

Supuso que podría hacerlo después de que la competencia finalizara, o eso esperaba, pues tendría que quedarse el día entero hasta que el último competidor terminara su rutina e iniciaran con la ceremonia de premiación.

La fase de preparación había concluido, limpiaron por segunda vez la pista, dejándola completamente lisa para la primera presentación. Marinette se dirigió en compañía de Lilia hacia los vestidores, donde estaría aguardando que llegara su turno, sintiéndose más tranquila y hasta alegre por no haber permitido que los nervios la dominaran.

Sin embargo, a medida que avanzaba el rally, casi no prestaba atención a ninguna de las coreografías de las demás competidoras. Lilia la animaba mientras esperaban a que la desconocida patinadora que se hallaba demostrando su talento en la pista terminara su rutina. Había enviado a Félix muy lejos para que no contagiara sus nervios a la joven Marinette que estaba más embelesada en los trajes que en la competencia misma.

—Bueno, pequeña Catarina, tengo que decirte algo importante -susurró Lilia, aprovechando que la azabache no le ponía mucho interés a lo que hacía su oponente—. Puede que haya pasado mucho desde la última vez que competiste, pero esta gente tiene una memoria de acero, ya sabes, les encanta hacer bomba de los pequeños detalles —comentó, enfatizando con un ademán de sus manos su última frase dicha—. Están al tanto de quién eres, quiero decir en el patinaje, obviamente. Tendrán altas expectativas y caerán como buitres ante cualquier cosa-

Los aplausos interrumpieron momentáneamente su discurso. El sonido del micrófono encendiéndose alertó del final de la presentación de la otra muchacha.

—Fleur DeGrant —indicó la voz mecanizada del organizador a través de las bocinas del complejo, anunciando el final. Poco a poco, la mencionada empezó a recibir su calificación, que no le alcanzaba para encabezar la competencia pero sí para tener oportunidad de continuar, había quedado sexta. La patinadora se retiró del podio con una molestia bastante notoria en su rostro, siendo secundada por su equipo de preparación.

Marinette y su entrenadora se incorporaron y se dirigieron hacia la puerta que conducía al interior de la pista. Los nervios la atacaron por segunda ocasión. Lilia dirigió su mirada desde la gran pantalla hasta la azabache, encontrándola con una expresión cargada de miedo, el miedo a fracasar. Supo al instante que debía terminar su discurso alentador.

—Quiero que sepas, que pase lo que pase, no importa lo que los demás hagan, serás siempre nuestro orgullo —animó mientras sonreía—. Y estoy más que segura que los dejarás bastante impresionados.

—Gracias, Lilia —sonrió la chica, intentando ocultar sus nervios; antes de ingresar a la pista entregó las protecciones de las cuchillas a su entrenadora—. ¿Podrías traerme un poco de agua, por favor? —pidió, con la voz tambaleante por la creciente adrenalina en su cuerpo que le alertaba de la aproximación de su rutina.

La castaña asintió y caminó hacia el lado contrario. Encontró a Félix sentado en compañía del resto del grupo que conformaba la academia que ambos llevaban. Con un gesto le indicó que necesitaba agua, mas, al acercarse, el rubio ya tenía todo preparado. Sonrió con complicidad, agradeciéndole con la mirada.

Se encaminó lo más rápido posible hasta la pista, donde Marinette se hallaba aún nerviosa, revisando mil y un veces su atuendo e intentando despejar lo que sentía mediante el constante movimiento de sus hombros. Atisbó a su entrenadora apenas, deslizándose hasta ella, que le entregó la botella de agua ya destapada para que no se demorara mucho.

Corazón de Hielo [MLB] || [CANCELADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora