He » z.m [EN EDICIÓN]

thirty one

April

— Decidme que he hecho mal, así acabamos antes —pido sentándome en el sofá con ellos.

Mike me mira divertido y ellos con una sonrisa falsa. Sé que no les ha hecho gracia como he entrado porque no es de una "señorita" pero tampoco me importa. Seguro que es una charla más sobre que Mike es mejor que Zayn, que no me tengo que juntar con gente pobre... Y ya me cansan. 

— No es nada de eso. Él ha venido para hablar contigo, y como no estabas se ha puesto a hablar con nosotros. ¿No es un chico genial? 

La pregunta de mi madre me hace rodar los ojos. Para ella, todo lo que hace él es genial. Si robara un banco y matara a mucha gente, sería genial porque es Mike. 

— Por cierto, ¿dónde estabas? —mi padre enarca una ceja mirándome.

— Con Zoe.

Asiente con la cabeza y mira al frente. Noto que Mike me mira sin cortarse un pelo cuando contesto a mi padre. Es como si quisiera saber si decía la verdad o mentía, y es algo que me pone nerviosa. Carraspeo la garganta y me dedico a tocarme el pelo.

— Bueno, nosotros os dejamos solos para que habléis de vuestras cosas.

Mi madre es la primera en levantarse del sofá, guiñándome un ojo y sonriendo. Pongo los ojos en blanco por lo pesada que es. Cuando oigo sus pasos más alejados, suelto un respiro al saber que ya no están pendientes de todo lo que hago para corregirme. Mike se sienta en el sofá, al lado mía sin decir ninguna palabra. No sé para que ha venido o que quiere, pero desde nuestra última conversación por llamada me dejó claro como era.

— ¿Estás enfadada?

— ¿Por qué iba a estarlo? —no me digno a mirarle y sigo tocándome el pelo.

— Porque no me hablas ni me miras.

— No has dicho nada que me interese.

Oigo su risa al lado mía. Creerá que ha sido una broma, pero iba en serio. Es de las pocas veces que estoy siendo borde con alguien, y solo lo hago cuando creo que la otra persona lo merece. Y él se lo ha ganado de pleno.

— Quizá esto si te interese —hace una pausa—. Sé que tienes una idea equivocada de como soy y no quiero eso.

Suelto el mechón de pelo que tengo agarrado y le miro enarcando una ceja.

— Si la tengo es porque tú me la has demostrado.

— Lo que sea. ¿Me vas a escuchar?

— Lo estoy haciendo.

Veo como se acomoda en el sofá antes de empezar a hablar. Echa un vistazo rápido en general de toda la casa, y mueve el cuello. Carraspea unas cuantas veces y se rasca la nariz.

— ¿Es para hoy o para mañana?

— Para hoy —sonríe—. ¿Alguna vez te has preguntado porque Zayn y yo nos llevamos tan mal?

Trago saliva y fijo mi mirada en la alfombra del suelo. ¿Alguna vez? Muchas. Siempre me ha picado la curiosidad de saber que suceso tan grande ocurrió para que se lleven así de mal. Y cuando, algunas veces, lo he mencionado, ellos siempre han evitado la pregunta diciendo que el otro se lo merece o cosas así.

— Sí.

— Bien, te contaré. Pero antes tienes que prometerme algo —asiento con la cabeza—. No puedes decir nada a nadie. Ni siquiera a él —vuelvo a asentir—. Para que te sitúes, Zayn y yo éramos mejores amigos.

Dirijo mi vista hacia él rápidamente. No puede ser verdad. ¿Ellos mejores amigos? Quiero reírme, en serio. No me cabe en la cabeza cuando ahora es solo verse el pelo y pegarse puñetazos.