He » z.m [EN EDICIÓN]

forty six

April

El combate acabó hace unos minutos y decidí esperarlo fuera. Veo como muchos chicos salen riéndose con dinero en las manos; supongo que han apostado por Zayn y han ganado. Algunos lo celebran fumándose un porro, creando un olor desagradable para mí. Intento apartarme de ese olor lo más posible, no lo soporto. 

— ¿Qué haces ahí?

Dirijo mi mirada hacia Zayn cuando oigo su voz. Se ha cambiado de ropa, aunque sigue vistiendo de deporte. Lleva un chándal naranja que le queda genial. Me siento un poco rara yendo tan arreglada, al lado de él parezco que voy a un evento importante.

— No me gusta el olor a marihuana —me acerco hacia él.

— Quejica... —ruedo los ojos—. ¿Has venido en tu coche?

— Sí. ¿Dónde vamos? —pregunto con una enorme curiosidad.

— Ya lo verás. Dame las llaves —extiende la mano. 

— ¿Y tu moto? 

— He venido corriendo, tenía que entrar en calor —mueve su mano tras sus palabras. Suspiro y le entrego mis llaves poco convencida—. Bien, vamos.

*

Abro la guantera de mi coche para buscar el disco de Ariana Grande. Ya que conduce él, quiero escuchar la música que a mí me gusta. Rebusco entre algunos papeles, unas gafas de sol y otras pertenencias durante algunos minutos, hasta que por fin lo encuentro. 

— ¿Vas a poner música? —pregunta sin apartar la vista de la carretera.

— En concreto, Ariana Grande —le informo metiendo el disco en su ranura—. Es la mejor y sus canciones transmiten mucho, más allá del amor.

— Veo que te encanta...

— Me casaría con ella —río y Ariana comienza a cantar con su perfecta voz.

— ¿Me estás poniendo los cuernos? —bromea y mi risa se intensifica.

— ¡Tonto!

Mi risa le provoca una sonrisa. Tras unos minutos, consigo calmarme y fijo mi vista en la ventanilla. No sé a donde vamos, pero confío en él. No creo que vayamos a un restaurante elegante, como los que suelo ir con mi familia o amigos. Realmente la comida es muy cara y es más para una cena donde celebres algo importante. Creo que Zayn habrá optado por algo más sencillo y barato.

— Hemos llegado a nuestro destino —anuncia y clavo mi mirada en él—. Espero que tengas hambre.

Me fijo en el restaurante que tenemos en frente y confirmo que ha elegido algo barato: me ha traído a un McDonald's. Abro mi boca sin créermelo. No es que no me guste, al revés, me encanta y no me importa comer aquí. Pero esperaba que se currara un poco más el sitio al ser nuestra primera cita, pero viniendo de Zayn creo que ha hecho un esfuerzo importante solo al pedírmelo.

— Eres un caso —hago una sonrisa y él se encoge de hombros. Sigue conduciendo y supongo que iremos al McAuto—. ¡Me he arreglado para nada! Si lo llego a saber, me pongo más cómoda.

— Bueno, a mí me alegras las vistas.

Le doy un puñetazo en el hombro. Nunca dejara de hacer esos típicos comentarios suyos. Me dan mucha vergüenza y nunca sé que contestar. Para el coche delante de la ventanilla y rápidamente aparece una mujer sonriendo que nos saluda amablemente.

— Buenas noches —dice Zayn cuando baja la ventanilla del coche—. Yo quiero una Big Mac, aros de cebolla y una Coca-Cola —la chica asiente y los dos dirigen mi mirada a mí—. ¿Tú?