Me perdí en su discurso, no pude conmigo.
Me dijo que el deseo era un juego de control, sobre uno mismo y sobre los otros. Le dije que me encantaría jugarlo, me dijo que prefería no hacerlo.
Me dijo, que temía perder
y que temía ganar.Le dije que, para mí, su derrota significaría ganancia, pero que su victoria sería la gloria.
Sentí el final, al oír su risa.
Quise el principio, al escuchar sus pasos.
Y me comí el presente, al besarlo.
ESTÁS LEYENDO
Usted, señor.
Short Story«Usted, señor, me desquicia, me revuelve las ideas. Embota mi mente y nubla mis sentidos. ¿Qué me hace señor? ¿Por qué no puedo actuar como una persona normal frente a usted? ¿A dónde se ha ido la pequeña Sky 'mademoiselle insolente'? ¿A dónde la ha...