Usted, profesor, tiene una idea muy errada de mi persona. Cree que por expresar lo que siento, quiero y pienso de manera tan explícita, soy una insolente. ¡No lo soy! Era verdad lo que dije, era. Porque, con lo que me ha dicho, se me han quitado todas las ganas que tenía de tomarlo de las manos, y de acariciar sus muñecas.
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Usted, señor.
Historia Corta«Usted, señor, me desquicia, me revuelve las ideas. Embota mi mente y nubla mis sentidos. ¿Qué me hace señor? ¿Por qué no puedo actuar como una persona normal frente a usted? ¿A dónde se ha ido la pequeña Sky 'mademoiselle insolente'? ¿A dónde la ha...