Me dispongo a huir como los demás, pero me detiene. Pellizca la manga de mi camisa y acaricia mis dedos. Antes de obligarme a tomar asiento, susurra un irreconocible lamento.
Besa mi barbilla con la punta de sus labios y con los extremos de su risa.
-Usted, señorita, parece tener la poesía en la mirada cada vez que susurra sus deseos, o cuando me cuenta sus sueños. Eso es hermoso e irresistible, pequeña.
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Usted, señor.
Short Story«Usted, señor, me desquicia, me revuelve las ideas. Embota mi mente y nubla mis sentidos. ¿Qué me hace señor? ¿Por qué no puedo actuar como una persona normal frente a usted? ¿A dónde se ha ido la pequeña Sky 'mademoiselle insolente'? ¿A dónde la ha...