Ahí está, joder, sigue ahí.
Una vez lavadas mis manos, guardada la toalla y tendida la cama, regresa usted. ¿Por qué? ¿Y por qué así?
Una vez cerrados los ojos, y dispuesta a dormir, permanece conmigo. Su incesante y lasciva voz, sigue vibrando en mi oído. Sigue susurrándome cosas tiernas, con un cierto matiz de indecencia. Porque así es usted. Jamás podrá ser del todo sucio, siempre me tratará como a una princesa; porque para usted eso soy, una frágil princesita. Y no está mal, e incluso, aunque no me atreva a decirlo en voz alta, admito que me gusta serlo. Quizás en el fondo, no soy más que una pequeña niña con dedos de porcelana y profundos rubores, a la que le gusta imaginarse situaciones muy subidas de tono. Alimentadas por el color de su voz y el sabor de su sonrisa, profundizadas por el tono de sus excéntricas ideologías.
Y a la que por algún motivo le resulta muy difícil controlar a su imaginación, he aquí que no desaparezca de mi mente ni para acostarme a dormir, aún después del juego. Ese juego.
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Usted, señor.
Kısa Hikaye«Usted, señor, me desquicia, me revuelve las ideas. Embota mi mente y nubla mis sentidos. ¿Qué me hace señor? ¿Por qué no puedo actuar como una persona normal frente a usted? ¿A dónde se ha ido la pequeña Sky 'mademoiselle insolente'? ¿A dónde la ha...