❝ My Alpha ❞ [Larry]

V E I N T I U N O

Maratón 2/3

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-Me tienes muy jodido, Louis. -Empezó a desprender los botones de su camisa, sacándosela y dejando de esta manera al descubierto su abdomen perfectamente marcado, y sus brazos fuertes y torneados.

Louis lo observaba desde la cama, inmóvil. Sentía el miedo invadir todo su cuerpo, pero extrañamente no podía dejar de mirar a Harry, sus manos picaban con el ardiente deseo de tocar su cuerpo, y no podía comprender el porqué se sentía de esa forma.

¿Acaso mandaban demonios vestidos de ángeles para corromper a los humanos?

Porque si era así, el caería ante la tentación que representaba aquel hombre de bonitos rizos chocolate. Quien era todo lo contrario a un ángel. Era cruel, engreído, egoísta y disfrutaba el lastimar a los demás.

Con miedo, sumisión y su cuerpo tremulo se rindió, no pelearía, no opondria resistencia, ya no.

Estaba a la merced del Alfa frente a él, y estaba más que seguro que su destino ahora era complacerlo. Se había resignado a ello desde el primer día en que llegó, y aunque deseaba negarse y odiarlo, no podía evitar el sentimiento de placer que crecía en su vientre.

- Mírate. - Volvió a hablar Harry, a la vez que se sacaba el pantalón, un boxer negro se apretaba contra su pene, marcando su miembro. - Tan entregado ante mi. - Subió a la cama. - Sabes que eres mío.

- Harry...

- Pero eso no quiere decir que te baste, ¿Verdad? - Desabrocho el pantalón de Louis, bajandolo con rapidez. - Deseas más y más, ¿Quieres más de una polla, verdad? - Tiró la prenda negra al suelo. - Quieres muchas, llenandote. - Acarició las piernas del castaño, sintiendo la suavidad que estas poseían.

Observó aquella prenda femenina que cubría el miembro de Louis, se relamio los labios.

Louis lo volvía loco, todo su control desaparecía si se trataba de él.
Su manera tierna y dulce de ser, era tan delicado.
El Omega perfecto, lo primero que cruzó por su mente cuando sus ojos, por primer vez, se posaron en el pequeño.

- Harry...

- Pero ahora, Louis, te haré mío. -Anhelaba con locura poder cumplir aquello. Que el Omega fuera sólo suyo, de su propiedad, quitarle a todos el derecho de mirarlo con ojos deseosos. Porque aquel precioso ángel, le pertenecía solamente a él.

Separó las gorditas y bronceadas piernas, colocándose entre ellas. Comenzó besando su cuello, mordiendo y dejando varias marcas.

-Harry... -Suspiró. La lengua caliente del alfa se sentía demasiado bien contra su piel. Sus manos temblaban, anhelando tocar al Alfa.

Las grandes manos arrancaron su remera, destrozandola y dejando a la vista la piel bronceada de su pecho y abdomen, Harry acarició aquella zona con fuerza y deseo, pasando sus grandes manos por toda la extensión.

Y no perdió tiempo. Pasó su lengua por las clavículas de Louis, bajando hacia su pecho, esparciendo varios besos húmedos.

Tomó un pequeño pezón entre sus labios, chupandolo y lamiendo.

Esta acción provocaba que innumerables gemidos abandonaran la boca de Louis, para quien eran nuevas aquellas sensaciones.

Chupo con fuerza, dejándolo rojo y erecto, tomó el otro en su boca e hizo lo mismo, al tiempo que su mano descendía y tocaba su muslo.

Simuló una embestida hacia Louis, sandole un fuerte gemido.

- Ah- ah... -Rodeó la cintura del rizado con sus piernas, presionandolo contra el.