Capítulo 14

1.8K 126 73
                                    


Las palabras que había utilizado el rubio eran ciertas, y dolía. Sin embargo no se entristeció, él era una persona paciente, que no se amedrenta tan fácil. Justo cuando vio el pequeño desliz, pensó que esa era una verdadera suerte. Realmente creía que no conseguiría convencer a Arnold de alejarse de Helga, y por ende usar medidas más drásticas. Jack conocía a Arnold desde que era bastante joven. Nunca se habían hecho amigos con exactitud, había... Un cierto desagrado por parte de Jack. Pero el albino no lo odiaba, solo sentía que de alguna manera, Arnold tenía una enorme cabeza solo por adorno. A su parecer, Arnold a veces se comportaba como un completo idiota, no valoraba lo que tenía, era bastante ciego, y era más denso que un ladrillo. Pero esa no era razón para odiarlo. Lo que jamás le perdonara, fue el haber lastimado cruelmente a su rubia. Helga no había hecho ningún mal a nadie, excepto haberse enamorado. Eso desencadeno muchas cosas en su vida, soporto muchas cosas, enfrento situaciones que no debió, y todo por un amor que al final de cuentas nunca fue correspondido. Y teme que aún lo ame. Arnold no se merece ese amor, y puede que el tampoco, pero no va decidir por ella, solo va a protegerla. Arnold estaba equivocado, el no teme que se la quite, Helga es libre de amar a quien quiera (o eso quiere pensar) pero si ella por alguna razón decide amar a alguien más, no la detendrá. Pero si este alguien es Arnold, entonces estamos en un problema.

No podía arriesgarse, por esa razón contestaría lo que Arnold pudiera preguntarle, porque no creía que preguntaría cosas demasiado explicitas y porque creía con fidelidad en que su silencio estaba mas que asegurado. Pero justo en ese momento en que escucho su voz... nunca se había sentido tan aterrado.

― Me aburrí y decidí a dar una vuelta, nada mas― fue lo primero que se le había venido a la mente, y deseo que Helga lo creyese de verdad. Arnold se había quedado tan paralizado que dudaba si estaba respirando.

― ¿tan cerca de mi trabajo? ¿No crees que estas un poco lejos para dar una vuelta?― Helga tenía el ceño fruncido, su cabeza ligeramente inclinada hacia la derecha, siempre hacia eso cuando tenía curiosidad. No apartaba los ojos de él, atenta a cualquier reacción que pudiera tener, cualquier desliz que revelara que no se encontraba en ese lugar por lo que decía. Jack conocía esa astucia a la perfección, en esos momento tenía que actuar más rápido que su mente, que ya de por si era un gran trabajo. Por lo tanto, le pareció que actuar con espontaneidad sería más creíble que un discurso ensayado, cada segundo que tardaba en responder era valioso.

― tenía ganas de ir al centro a comprar algo de tela, pero me encontré a Arnold en el camino y decidimos charlar un poco, hace tanto tiempo que no nos veíamos.― Helga miro a Arnold sorprendida, como si apenas hubiese reparado por su existencia. Inclino la cabeza en forma de saludo. Pero el interrogatorio no terminaba ahí, oh claro que no.

― Ustedes nunca se llevaron del todo bien.― comento acusadora. Jack de verdad que no le sorprendía la poca discreción por su parte.

― Las cosas son diferentes cuando te haces adulto ¿o no? por cierto ¿cómo te fue?― Jack le sonrío de forma picara, a Helga le avergüenza mucho admitir que acude a un psicólogo, por lo tanto ya se esperaba que ella se mordiera el labio con nerviosismo.

― ehhhh... ¿Qué te parece si te espero en casa? Por cierto ¿tienes las llaves? Odiaría tener que dejar de hacer lo que estoy haciendo solo para ir a abrirte la puerta― refunfuño. Jack se sacó unas llaves del bolsillo y se las enseñó. Helga asintió con la cabeza, se veía meditativa, tal vez quería averiguar más, pero temía que Jack la interrogara por su parte. Suspiro.

― Me voy.― concluyo, Jack sonrío triunfante, había ganado ese asfalto, aunque no se libraba de una interrogación más profunda apenas llegar a casa. Vio como la rubia dio media vuelta y se fue. Esperó a verla salir del establecimiento para relajarse.

En Busca de una Familia (Corrigiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora