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Su historia empezó como un tornado apoteósico; un desastre monumental, lleno de emociones contradictorias y poco específicas. Un estruendo que le retumbó en cada uno de sus nervios, su piel escocía como si hubiesen volcado ácido en ella, y sus pulmones ardían en llamas. Las lágrimas en sus ojos corrían como mares, mientras un sentimiento de profundo vacío y soledad se instalaba en lo más hondo de su pecho. Era como si se hubiese comido un par de carbones ardientes, y, al mismo tiempo, le gustaba sentir ese dolor punzante. Porque sabía que después de tanto dolor, después de tanta tormenta, el sol tendría que salir. Y cuando saliera, ella resurgiría de sus cenizas y arrasaría con todo.

―E-estoy embarazada...

Esas palabras eran como relámpagos en su cataclismo interno. Sin embargo, por increíble que parezca, no eran dichas por ella.

Lila Sawyer.

Era un hecho demasiado increíble para ser verdad, pero lo era. Su antigua rival se había hecho con algo que solo ella había soñado en sus más profundos deseos, y le había arrebatado una fantasía ridícula.

Es tan gracioso que casi parecía irónico. Era poético que, en ese lugar, en ese momento, la vida de varias personas había cambiado para siempre. Y Helga, con dolor y desconsuelo, entrecerró los ojos mientras las piedrillas del mármol le raspaban los nudillos. Ella haría lo que fuera para no desmoronarse.

Entonces miró el mundo con otros ojos.

―¿Helga?

Una suave voz la hizo mover sus ojos azules hacia su izquierda. Su amigo la miró con preocupación, su piel más pálida de lo normal. Jugueteaba con los pliegues de su camisa azul mientras pasaba sus ojos de un lado a otro.

La decisión estaba tomada

―Iré a Bellas Artes contigo ―Su voz apenas era un susurro en el eco del lugar. Una pequeña brisa helada se filtró por la puerta que había quedado abierta. Se le erizaron los vellos y se le congelaba el alma. Él se mordió el labio, pero pasó sus ojos azul eléctrico por los de ella, y sin dejar de mirarla, dijo con decisión:

―Lo que desees, Helguita. Te protegeré.

Y fue allí, cuando su vida de verdad se tornó poética.

Y fue allí, cuando su vida de verdad se tornó poética

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En Busca de una Familia (Corrigiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora