En Busca de una Familia (Corrigiendo)

Capítulo 8

— Bueno, eso y... Ya sabes qué día es hoy.* Helga lo miró con comprensión, pero no dijo nada, prefirió fingir indiferencia.

— Hoy no es un día diferente a cualquier otro.* respondo después de un largo silencio

Jack miro el techo

— Helga...* La nombró suavemente. Helga sabía que Jack era una persona bromista y juguetona, esa clase de persona que difícilmente se tomaba algo en serio, pero en algunas ocasiones la sorprendía siendo extraordinariamente maduro, y, al ver su rostro completamente serio, acercándose a pequeños pasos hacia ella con temor de asustarla se lo recordó.

— Ya sabes... Sabes que esas cosas pasan.* Se encogió de hombros sintiéndose acorralada

Jack la miro exasperado. Otra vez Helga haciéndose la valiente. Comprendía que le costaba hablar de ciertas cosas y no quería presionarla, pero... Ella sufría. No debía guardárselo todo para sí.

— Hoy se cumplen dos años del accidente...* mencionó escogiendo cuidadosamente las palabras

Helga desvío la vista fingiendo interés en los papeles que llevaba en la mano

Jack se acercó un poco más, pero Helga al darse cuenta retrocedió un paso

— No me había dado cuenta, Cabeza de Polvorón. * Lo interrumpió dejando los papeles en una mesa cercana, tratando de volver a su actitud acostumbrada. Se dio la vuelta y le dio la espalda.

— Helga...* empezó, pero Helga lo encaró

— ¡No tienes por qué hacer esto Jack! ¡Estoy perfectamente bien!* le espetó con rostro completamente serio, pero por dentro aún podía sentir terror

Jack suspiro y decidió recurrir a otra técnica. La observó, Helga le devolvía la mirada. Admiró sus rasgos femeninos con suma fascinación y quedó sin aliento con sus hermosos ojos azules. Helga era simplemente hermosa, como una fuerza sobrenatural. Pero no estaba allí para admirarla, ya tendría tiempo para eso. Lo importante era lo que había dentro de ella, era lo que más le preocupaba en ese momento.

Al ver su silencio Helga le dio nuevamente la espalda, creyéndose victoriosa en esa discusión

Jack se quedó inmóvil, quería que Helga entendiste que no estaba sola, que entendiera que... Le importaba de muchas maneras. Pues él no quería verla sufrir.

Se mordió el labio y se acercó a ella a paso decidido.

Helga se sobresaltó ligeramente al sentir un par de brazos rodearla por su espalda. Desorientada reprimió el impulso de apartar a Jack de un empujón, no quería ofenderlo a pesar de todo, el solo trataba de ayudarle, se sentiría mal con ella misma si lo hacía.

Y contra todo pronóstico y a pesar de no gustarle los abrazos se dejó abrazar.

Jack se sorprendió gratamente al no verse empujado desde el primer momento (ya se lo veía venir) una sonrisa se le dibujo en el rostro y recargo su cabeza en el hombro de la rubia, respirando su olor.

Helga se sintió extrañamente reconfortada tras esta acción, era maravilloso el efecto de un abrazo en el momento exacto.

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En realidad no sabía que esperarse al abrir esa puerta, cuando pensó en abrirla. Pensó que Helga no debía hacer nada imprudente pues, al compartir esa pequeña habitación de trabajo, le debía un mínimo de respeto, por eso se decidió a intervenir y (gracias a su acostumbrada curiosidad) descubrir quién era ese hombre que Helga había metido con tanta urgencia.