Capítulo 11: La Justiciera

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Adrien

Como probablemente se imaginarán, damas y caballeros, sí. Yo soy el famoso justiciero del campus, la versión masculina de Gatúbela, el incomparable, guapo, sensual y nalgón Chat Noir.

Se preguntarán, ¿de dónde saqué la idea de volverme un súper héroe si tengo dieciocho años y de supone que me debe importar sólo la escuela? Hace unos días estaba sentado en la sala de la casa, viendo una película de súper héroes, y me dije: "Adrien, deberías ser un súper héroe".

Y ya. Es una historia realmente corta.

El caso es que pasé por muchísimas opciones: primero quería ser una especie de hombre halcón, pero para eso debo saber cómo volar, y ni mi tiempo ni mi presupuesto me dan para estar creando alas experimentales que probablemente me matarán si me lanzo del techo. Quise ser una especie de cyborg, pero no sé nada de robótica, ni soy experto en tecnología. Luego quería algo relativo al magnetismo, pero no juntando todos los imanes que antes estaban en el refrigerador de la cocina conseguí el efecto que quería. Finalmente, cuando estaba a punto de rendirme y cuando me estaba diciendo que ser un súper héroe era más bien cosa de niños de cinco años y no universitarios de dieciocho, vi un tubo de los escombros de la cocina, y un gato negro en la ventana. Sueño cumplido, súper héroe nacido. Luego de eso me colé en el guardarropa del teatro del campus, tomé un disfraz de gato, le hice algunas modificaciones (quitarle moños, encaje y bigotitos) y listo. Chat Noir nació, y adopté al gato de la ventana. Se llama Plagg. Es amigable y le gusta el queso, aunque arañó mis zapatos favoritos. :(

Regresando al día de hoy, me encontraba cuidando del campus, sentado sobre una rama de árbol comiendo palomitas. A mis amigos de Dream Fighters les dije que iría al gimnasio. Mientras intento afilar mis garritas (unas garras de metal que encontré en internet por quince dólares, creo que eran de un disfraz de Wolverine), veo que tres chicos, justamente tres de los raros que intentaron asaltar a las chica de Dream Fighters, caminando por la banqueta, hablando de que van a robar comida de una máquina expendedora. No en mi guardia, brutos.

Antes de que yo pudiera bajar de mi rama a partirles la cara y detenerlos, veo una figura roja corriendo hacia ellos bastante rápido.

-¿Qué rayos?-Pregunto en voz alta.

Confundido, me bajo a toda velocidad y la sigo. Veo a una chica delgada de cabello negro, y traje rojo con puntitos negros y antifaz rojo. Tiene amarrados a los tres ratos con una especie de yoyo. ¿En serio? ¿Una copiona? Nada más aparece un héroe y todo mundo quiere ser un héroe. Hora de hacer mi entrada.

-Generalmente soy yo quien patrulla este campus, muñeca-Digo examinándola.

Ella me mira, sonríe y sólo me ordena que me agache. Detrás de mí ya venían otros dos raros a punto de golpearme, pero ella les lanza otro yoyo a la cabeza, y los deja en el suelo.

-¿Pensabas que iba a dejarte el trabajo sólo a ti, gatito? A veces hasta los mejores héroes necesitan un compañero-Dice ella sonriendo.

-Yo no preciosa. Yo soy invencible-Digo, enfatizando el "invencible".

-Si tomamos en cuenta que sin mí, esos dos,-Señaló a los que estaban atrás de mí-te hubieran partido la cara, si me necesitas.

-Pues, yo llegué primero como héroe, nena.

-La cosa no es quién llegó primero, gatito bobo. La cosa es quién es un mejor héroe-Dice ella cruzando los brazos sobre el pecho.

-Okeeey...Bueno, y dime querida, ¿cuál es tu nombre?-Pregunto yo mientras beso su mano. Ella se ríe y me dice:

-Soy Ladybug, gatito.

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