Capítulo 54: El hijo rebelde

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Tristemente, damas y caballeros, que inicie la cuenta regresiva: 6

Adrien

Llegué a mi casa varias horas después de que salí de la universidad. No hablé con Nathalie en absoluto en todo el vuelo, aunque por primera vez ella parecía sentirse mal de seguir las órdenes de mi padre. De todas maneras, no cedí. Ya había pasado demasiado tiempo haciendo lo que él decía.

En cuanto llegué a mi casa, crucé las puertas furioso. Mi padre ni siquiera estaba ahí para recibirme, después de todo el numerito que organizó para sacarme de la universidad.

-Está en una cena importante con unos compañeros de la oficina-Me explica Nathalie mientras yo me alejabo. Asentí fríamente y me dirigí a mi antiguo cuarto.

-¿Necesitas...algo?-Pregunta ella, realmente preocupada por mí.

-Dile a mi padre que en cuanto llegue, tenemos que hablar seriamente-Le digo yo, y cierro de un portazo.

Un par de horas después, mi padre llegó. Abandoné mi cuarto de inmediato y corrí hacia él para hablar con él.

-¿Y tus maletas?-Preguntó. Me reí para mis adentros. Ni un "hola".

-No las necesito porque voy a regresar-Le digo yo. Él se rió.

-Adrien, este berrinche tuyo no es aceptable. Nathalie, llama a su amigo Nino para que nos envíe sus maletas por correo-Dice mi padre. De inmediato le llegó una llamada e incluso aunque yo traté de pedirle que me hiciera caso, él me hizo la seña de que lo esperara. Perdí la paciencia de inmediato y le arrebaté su celular, lanzándolo al otro lado de la estancia. Nathalie y mi guardaespaldas ahogaron un grito en cuanto el aparato golpeó el suelo.

-¿Se puede saber qué demonios te pasa?-Pregunta él mientras intenta ir a recuperarlo. Yo le impedí el paso

-Me sacaste de la universidad-Digo yo mientras aprieto los puños. Él se cruza de brazos.

-Porque estabas jugando a los disfraces y al superhéroe, y porque estás haciendo de tu vida una estupidez. Por eso-Dice él intentando avanzar de nuevo. Una vez más me paré frente a él.

-¿Y qué demonios tiene de malo, eh? ¿Qué demonios tiene de malo que haya intentado defender a mis compañeros de gente como tú?-Pregunté mientras lo acusaba con el dedo. Más gritos ahogados de nuestra audiencia.

-¿Qué tiene de malo? ¡No tienes idea del daño que pudiste haberte hecho! ¿Qué hubieras hecho si alguno de tus "enemigos" hubiera estado armado?-Pregunta él enojado mientras alza los brazos.

-¡Algunos lo estaban! Y no me importó. Porque lo que yo hacía no estaba mal. Porque lo que yo hacía era ayudar a la gente. ¿Qué vas a saber tú de eso? Sólo los haces menos. Incluido yo-Digo mientras aprieto aún más los puños.

-Podrás creer lo que quieras. Soy tu padre, y sé lo que te conviene-Dice él cruzando los brazos.

-¿¡Traerme de vuelta al lugar del que quería escapar es lo que me conviene?! ¡Dejé a mis compañeros solos en el medio de una guerra!-Grito yo enfurecido.

-¿Guerra? Por favor , Adrien. No puedes llamar guerra a un simple desacuerdo con la fraternidad de Golden Butterflies-Dice mi padre mientras avanzaba hacia su celular. Mi furia se convirtió de inmediato en confusión. Si no sabía antes siquiera lo que estudiaba, ¿cómo sabía ahora el nombre de la otra fraternidad?

-¿Tú cómo supiste que se llaman Golden Butterflies?-Pregunto yo. Sabía que Golden Butterflies le había dicho de mi boda y de Chat Noir. Pero se le haría muy estúpido que confesaran molestarme. Mi padre suspiró y me miró.

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