Si.

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Luego de un reconfortante baño, decidí salir de la tina, volver a afrontar la realidad.

Luego de vestirme con algo de ropa limpia que deje en el baño el el otro día (por si algún día olvidaba llevar mi ropa) salí del baño decidida a charlar con Duff, con las ideas mas frías.

-Duff-toque la puerta con mis nudillos- Duff abreme, soy jess, hablemos.
Insistí e insistí pero no abrió, quise abrir yo la puerta pero la tenía con seguro.

Me resigne y me fui, baje las escaleras, tome mis cigarros y salí al patio, me senté en el suelo a admirar la nada misma demientras que me envenenaba con tabaco.

Quizá, en vez de trabajar pueda estudiar algo. Eso seria buena idea, y dudo que a Duff le moleste. O quizá puede hacer las dos cosas... No, mejor eso no. La idea es manteneerme ocupada, no estresarme.
Buscare algunas carreras no tan largas, nunca esta demás estudiar.

Me quede bajo la sombra de el árbol, era un bello día soleado, ni una nube se veía en el cielo. Amo los días lluviosos, pero este clima no me desagrada ni un poco.

Estaba tan metida en mis pensamientos y tan relajada aún, que no me percate de que alguien de el otro lado de la cerca me observaba.

Lo mire, era un hombre, tez blanca, pelo oscuro y ojos color avellana, estatura mediana y muy guapo.

No le hable ni nada, no tenia ganas de romper mi atmósfera zen... Quizás otro o día.

(...)

Duff me abrió la puerta y me abrazo con fuerza.
-lo siento, me comporte como un idiota, esta bien que te entretengas, cielo.-dijo abrazandome-
-gracias por entender, duffito.-dije riendo-
-de que te ries-preogunto enarcando una ceja al soltarme-
-de lo protector que eres, me gusta mucho.
El solo río y beso mi frente.
-preparaste tu maleta?-preguntó-
-no, amorcito, te recuerdo que te encerraste en nuestra habitación y que no me dejabas pasar-dije sarcástica-
-es verdad-dijo riendo- lo siento, ven-dijo tomando mi mano y entrando a la habitación-

Entramos y tome mi maleta, metí remeras de bandas y lisas, todas de mangas largas ya que hacia mucho frío, abrigos, jeans, leggins y un par de borcegos, ropa interior y listo.

-mañana a que hora salimos?-pregunte sentándome en la cama viendolo a Duff, que hacia su maleta-
-a las 8:00 am. Para llegar de día.
-esta bien.

Termino su maleta y la dejo e en el su3lo junto la mía, se sentó junto a mi en la cama y me abrazo, nos acostamos. Nos quedamos en silencio mirando el techo, el acariciaba mi cabello y yo su mano que repozaba en mi estomago.

-sabes cuanto te quiero?-pregunto-
-no, cuanto?
-hasta el cielo y de vuelta.
-eres un tierno, yo te quiero hasta el infinito.
-vi una casa en venta, no es muy grande pero tampoco es pequeña. Es muy linda y no esta lejos de aquí.
-un día la podemos ir a ver-dije-
-estupendo... Te imaginas a nuestros hijos corriendo en el patio, y tu y yo mirándolos... O tu cocinando y yo ayudando te a cortar las cebollas... O -lo interrumpi-
-seria estupendo-dije riendo-
-Michelle es un bonito nombre -dijo- y Mía también.
-son muy bonitos, Michelle seria buena idea.
-creo que nos estamos apresurando mucho.-dijo riendo-
-tienes razon-contesté de igual forma- pero... Me gustaría ser madre.
Duff se puso enzima mio sin aplastarme y me miro a los ojos con una sonrisa picara.
-y si cumplimos tu deseo... Ahora?
-buena idea.

Duff comenzó a besarme apasionadamemte, con lujuria.
Luego bajo hacia mi cuello y lo comenzó a besar, de mientras que el hacia eso, yo desabotonaba su camisa blanca y se la quitaba. El se deshizo de mi remera y la tiró al suelo, me quito el sostén y cuando estaba por agarrar un ceno, me acomode sobre él, recibiendo un gruñido por su parte.
-te gusta hacerme sufrir?-preguntó-
-si, mucho.

Desabroche su pantalón, y con ayuda de el, se lo quite, me acomode en sus muslos y comemce a acariciar su miembro, el jadeaba y cada tanto gruñía, me deshice de su bóxer y lo seguí masturbando.
-te estas por correr?-pregunte con voz seductora-
-s-si -dijo jadeando-
Me detuve y lo bese.
-ya sabes como son las cosas con migo, jesica, se pagan caro los errores.
-estoy temblando de miedo-dije irónica-
El se coloco encima mio y me quito mis pantalones, comenzó a acariciar mi clítoris por encima de mis bragas, yo comencé a gemir. Con su otra mano comenzó a masajear un ceno.
De un momento a otro, me quito las bragas y comenzó a masturbarme con su lengua, yo gemía y jadeaba sin parar, el placer era inexplicable.

Y sin previo aviso, se detuvo, sabía que aría eso, pero igual me molesto.
-te odio.
-yo mas-respondió el-

Luego de lamer y masajear mis cenos, me penetró, comenzó con suaves embestidas pero luego fue aumentando de velocidad, haciendo que los dos jadearamos, yo jemia, y el cada tanto gruñia, cuando llegamos al orgasmo, los dos dimos un fuerte jemido.

Se acostó junto a mi, me abrazo y caímos en un profundo sueño, estábamos exhaustos.

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Y bueno mis queridas lectoras, hasta aca el capitulo de hoy... Un kiss, nos olemos al rato.

una anorexica y 5 Rockeros.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora