—Nunca había estado en Hawái.
Miro por la ventana del hotel hacia la playa que justo en frente de este y me fascino con lo bello que luce ¡Yo solo había ido a la playa una vez y definitivamente no fue en Hawái! Jamás en mi vida había soñado siquiera con pensar en ir a Hawái, siempre había sido como algo que estaba completamente fuera de mi alcance, pero casarme con este hombre fue como ganarme la lotería, porque no solo estamos en Hawái, también nos hospedamos en un hotel con una gran y hermosa vista hacia el mar y disponemos de todo lo que ofrece. Y no es que a mí me interese el dinero de Blaze en lo más mínimo, pero vamos, es cierto que estoy algo fascinado.
—Espero que estés a gusto con lo que empaqué —me dice Blaze poniendo mi maleta sobre la cama—. Escogí clima tropical, desde luego, supongo que está bien, porque habían trajes de baño y todo eso... —él abre la maleta y me enseña su interior, pone sus manos sobre su cadera y me mira—. ¿Qué te parece? ¿Lo hice bien?
Me acerco para buscar dentro de ella; están todos los conjuntos que le indiqué para clima tropical, mis trajes de baño, protector solar, mis gafas oscuras, un gorro... sí, al parecer todo está en orden. También me tomo el tiempo de revisar su ropa, porque la arreglé para que llevara lo necesario —y lo que combine con mi ropa, algo que espero que no haya notado—. Al parecer hizo un buen trabajo, así que cierro las maletas y le doy una mirada de satisfacción.
—Todo está en orden, bien hecho —le doy una palmada en el hombro—. Ahora ¿Qué vamos a hacer primero?
—No lo sé ¿Qué quieres hacer? —interroga caminando hacia la mesa de noche para tomar uno de los panfletos que nos dejaron allí—. Hay un casino en el hotel, un restaurante, podemos ir a la playa, a la piscina, broncearnos, practicar esquí acuático, surf... y cualquier otro deporte peligroso que no quiero practicar, también tenemos un guía turístico si deseamos hacer un recorrido, así que... ¿Qué prefieres? Es tarde también, que sea razonable.
—Entonces, los deportes están tachados de la lista... supongo que un guía turístico a las seis de la tarde es mucho pedir también —digo haciendo una mueca—. ¿Quieres ir a la playa?
—Eso será por ahora —él lanza el panfleto de vuelta sobre la mesa.
Son las seis de la tarde, llegamos hace dos horas pero entre venir al hotel, el papeleo para entrar y ducharnos, perdimos algo de tiempo, pero aun así nos dirigimos a la playa y disfrutamos de dos piñas coladas mientras nos bronceamos —o algo así, tampoco es que haya mucho sol a esa hora—. Jugamos al voleibol con unos chicos que jugaban a la orilla de la playa y luego me quito mis aparatos y nos metemos a la playa. Por unos segundos pierdo de vista a Blaze y trato de buscarlo, porque en la parte en donde estamos no hay casi gente, solo un par de parejas demasiado acalorados a unos metros de nosotros.
—¡Blaze! —grito nadando hacia la parte en donde estaba antes de perderlo—. ¡Blaze! —no puedo escucharme a mí mismo, tampoco puede escuchar el sonido del agua, así que me sorprendo cuando los brazos de Blaze me rodean y me levantan casi sacándome del agua, me aferro a sus brazos mientras dejo salir un grito que probablemente asusta a todos los que están cerca.
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Blaze | Cavalcanti 2 |
RomanceEl pasado de Blaze era oscuro y su corazón estaba lleno de heridas, así que me propuse curarlo. Yo no sabía en lo que me estaba metiendo. Mientras más cosas descubría sobre él, sin importar que tan malas fueran, más atado y atraído me sentía hacia...