Blaze | Cavalcanti 2 |

24. Solo Dios sabe...

BLAZE.

Jaul juró que iba a protegerme a mí y a mi familia, que se iba a encargar de todo y que nadie volvería a extorsionarnos... pero al parecer las cosas no son tan fáciles como suenan.

Por algún tiempo, todo estuvo en calma, hasta el cumpleaños número cuatro de Rose, pero un día después de eso volvieron, incluso Demian las recibía, incluso Jessie que se estaba quedando con nosotros había empezado a recibirlas en su email. Estaban por todas partes y enviaban fotos de nosotros en diferentes lugares, direcciones de los lugares a los que asistíamos. Demian estaba paranoico y tuvimos que retrasar el proceso de la adopción, aunque ya habíamos cumplido con todos los requisitos y habíamos entrado a una lista de espera.

Demian no dejaba de reclamarme que debíamos decirle a la policía, así que lo hicimos, por supuesto que la investigación no estaba siendo una prioridad porque no había demasiadas pruebas y nadie había desaparecido aun. Sin embargo, tenemos guardaespaldas hasta para ir al baño. No dejo a Demian salir sin uno y me aseguré de poner a Rose en un preescolar con muy alta seguridad, pero aunque lo haga, hay algo nuevo todos los días y eso está jodiendo mi cabeza, no puedo trabajar tranquilo sin pensar que alguien va a irrumpir y decirme que se llevaron a uno de mis seres queridos.

Y es un día gris y totalmente pésimo desde el principio en que ese momento llega. Había peleado con Demian en la mañana sobre una cosa totalmente insignificante, algo que no puedo recordar cuando Dina entra en la habitación en desesperación y me casi me grita que se han llevado a Demian.

Siento como mi mundo se cae a pedazos y salgo disparado de la oficina para encontrarme con un par de oficiales y un hombre al que reconozco como nuestro antiguo vecino está parado en medio de los oficiales y me mira con terror. Tiene a mi hija en sus brazos, asustada en indefensa, llorando como si el mundo estuviese acabando. Ella salta a mis brazos diciendo "Babo" con voz desgarradora y lo abrazo.

—¿Dónde está Demian? —interrogo, mi voz es irreconocible pero no estoy dentro de mis cabales en este momento.

—Un hombre malo se llevó a papi —mi bebé llora en mis brazos—. Babo sálvalo, ve por él, sálvalo Babo, tienes que salvarlo por favor, Babo.

—Un hombre desconocido se llevó a su esposo de la puerta de los Kazan, señor Calvalcanti, tengo entendido que había presentado una denuncia por extorsión y...

—¿¡Ahora van a hacerle caso!? —espeto y enfrente al hombre que sostenía a Rose—. ¿Quién fue?

—No lo sé, nunca lo había visto —él dice, con voz temblorosa—. Le di su descripción a la policía, tenía acento italiano y era rubio y fornido... muy parecido al guardaespaldas de Demian pero no era él, Demian se confió por un momento pero en cuanto lo encaró supo que no se trataba de su guardaespaldas, giró con tranquilidad fingiendo que se le había olvidado algo antes de lanzar a Rose a mis brazos y gritarme que corriera dentro de casa. Lo hice. Ese hombre lo tomó y se lo llevó, Demian no forcejeó.

—Su guardaespaldas fue encontrando inconsciente en un callejón cerca de allí —vuelve a hablar la oficial—. Necesitamos interrogarlo mientras está en proceso la investigación.

—Llama a Jaul y a mi madre, Dina, diles todo y en donde estamos —digo entre dientes mirándola y entregándole a Rose—. Eres la única persona en la que confío en este edificio, cuídala con tu vida, llama a Jessie, dile que vaya a la estación y ambos esperen allí, no te separes de los guardaespaldas ¿Entendido?

—Sí señor Cavalcanti.

—Bambina —yo me agacho para acariciar las mejillas de Rose y le sonrío a través de todo mi dolor y desesperación—. Volveré con papi a casa ¿Entendido? Muy pronto volverá, no tienes por qué preocuparte, confía en mí.