10. El inminente problema.

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Hubo un ligero cambio de planes.

Resulta que Harun no estaba disponible, porque ahora que entró a la universidad está ocupado con tareas y proyectos, así que no pudo llegar. Odette se ofreció a venir, aun así pero Blaze se negó a dejar a Rose sola con ella y llamó a su secretaria, Dina, que estuvo en casa tan pronto como pudo.

Si algo sobre Dina es que Blaze confía plenamente en ella, porque solo hay dos personas en quien él confía para ordenar su comida en lugares públicos; Dina y yo. Y ha estado trabajando con él durante todo el tiempo que él ha estado en la compañía, tiene veintitrés años y cuidó de sus hermanos en la infancia, también fue niñera y solía cuidar a la hija del presidente de la compañía cuando este la llevaba a la oficina, lo que habla muy bien de ella.

—¿Puedo guardar el currículo de Dina ya? —me pregunta Blaze, tirando la hoja de mis manos hasta que la suelto.

—Supongo —resoplo, levantando la mirada hacia la chica sonriente en frente de mí—. Mientras esté en el auto te enviaré una lista de cosas que necesito que hagas por ella ¿De acuerdo?

—Sí, señor Cavalcanti —ella asiente—. No tiene nada que preocuparse, la cuidaré como a mi propia hija.

—Más te vale, Dina, no quiero que Blaze te despida, me caes muy bien y tienes buen gusto en zapatos —me levanto del sofá y miro a Blaze—. Bien, creo que estamos listos para irnos.

Él trae a Rose hacia mí para que le dé un par de besos de despedida. Es muy duro separarme de ella, me siento inseguro al respecto pero Blaze dice que una noche no hará mal.

La dejo ir pronto y él camina hacia Dina para ponerla en sus brazos. Ella sonríe y la sostiene con cuidado contra su pecho. Resoplo una vez más, aun no seguro del todo y sintiendo que ya la extraño. Dejarla con Blaze es una cosa, dejarla con Dina otra... pero los padres hacen cosas así todo el tiempo ¿No? Pagan niñeras, encima la mayoría del tiempo son adolescentes. Y esta es una mujer adulta en la cual Blaze le confía sus llamadas y sus cafés en la mañana, no tengo por qué sentirme tan inseguro.

—Hay comida en el refrigerador, puedes ver la televisión y ella se duerme a las nueve más o menos, si no quiere comer a la hora indicada solo espera un rato ¿De acuerdo? De todas maneras te voy a enviar todo eso por mensaje en unos minutos —le digo, mientras Blaze me empuja hacia la puerta principal—. ¡Te enviaré una nota de voz, le gusta que le cante para dormir!

Blaze me saca del departamento tan pronto como puede y cierra la puerta antes de tomar mi brazo y arrastrarme hacia la calle para tomar un taxi. Planeaba ir con Rhett de una vez, pero le dije que se adelantara y solo me enviara la dirección, ya que Blaze se estaría uniendo. Él estaba bastante sorprendido de escuchar que el estoico Blaze quería asistir a una noche de micrófono abierto en su bar.

Bueno, yo también estoy sorprendido.

—Y... ¿Qué tal los padres que conociste? —me pregunta mientras estamos en el taxi, yo inmediatamente saco mi celular para empezar a teclear la lista para Dina—. ¿Son amables?

—Me dieron la bienvenida a su grupo muy cordialmente —le digo—. Uno de ellos está casado con otro hombre ¿Qué te parece? Tal vez nos llevemos bien.

—Sería lindo tener amigos a quien pedirle consejos específicos... ¡Oh, podías preguntarle a que escuela van sus hijos! Quiere hacer una lista de posibles lugares para que Rose estudie.

—Blaze, que tiene cuatro meses, faltan años...

—Y guarderías, porque en algún momento debes volver a la universidad.

Blaze | Cavalcanti 2 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora