5. Un reto pendiente.

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—¿Vas a salir del baño algún día, Demian?

Blaze está esperando afuera y ya que he enfriado mi cabeza y me doy cuenta de la situación en la que estamos, lo único que quiero es que me trague la tierra. Ojalá pudiera bajarla al escusado e irme con el agua. Porque sí, presenté un reto delante de Blaze y él tomó con una aceptación impresionante pero... esto no está bien, simplemente no está bien. Yo amo a Blaze, claro que sí y si hay algo que quiero es acostarme con él, por algo he fantaseado con ello desde que me empezó a gustar, pero no quiero que sea de esta manera... solo porque lo reté. Nuestra relación es mucho más seria que eso, no puedo darme el lujo de cometer locuras solo porque sí, porque no puedo preocuparme solo por mí y mis sentimientos sino también por el futuro de mi familia y mi hija.

—Escucha... —digo abriendo la puerta solo para encontrármelo sentado en el borde de la cama, sin camisa y con los pantalones desabrochados, me detengo un momento a analizar ese hecho pero decido ignorarlo al final y continuar con mi pobre excusa—: no creo que esto sea una buena idea ¿Sabes?

—Joder, me haces tomar alcohol para nada —él toma la botella de vino que sacó del mini-bar y que descansa sobre el piso y la empina en su boca—. Cobarde —Blaze se levanta, echa la botella vacía sobre la cama y se abrocha los pantalones.

—Es que no estaba pensando bien cuando te reté, de verdad, fue estúpido, no podemos solo sucumbir ante estúpidas decisiones... nuestra relación es muy seria ahora y debería mantenerse como siempre se ha mantenido —le digo y evito su mirada a toda costa, porque sé que me está escudriñando con esa expresión asesina que pone cuando alguien le hace perder el tiempo.

—Pídeme dinero —Blaze se levantó de la cama de repente—. Vamos, pide dinero, pide un auto, pide ropa, una casa más grande, un viaje a un lugar más exóticos... lo que sea, Demian ¡Pídeme lo que sea pero no me dejes con la culpa de verte hacer esto por mí sin pedir nada a cambio! No puedo simplemente... robar tu vida, tu tiempo, tu juventud, ponerte mi apellido, hacerte criar a mi hija y vivir conmigo el resto de tu vida sin esperar siquiera una noche conmigo... solo pide, Demian, pide.

Me quedo en silencio unos segundos, esperando decidir lo primero con lo que quiero empezar a discutir esto.

—¿Es que acaso... crees que estoy haciendo esto contra mi voluntad? —alzo mi mirada hacia él—. ¿Qué crees que soy, un aprovechado? ¿Tu empleado?

—Jamás he pensado así de ti, eres mi mejor amigo.

Él se acerca a mí con una mirada mortificada, lo que me indica lo mucho que quiere evitar que piense eso.

—¿¡Entonces por qué me ofreces cosas como si fuera una prostituta!? —estampo mi mano contra su pecho con fuerza y siento en el borde de mis ojos el llanto que intento retener a toda costa pero mi voz se quiebra—. ¿Crees que no quiero criar a la niña contigo? Es mi hija tanto como es tuya, Blaze, ya me hice la idea... y me rehúso rotundamente a aceptar nada a cambio de criarla contigo. Es por ella y por ti que estoy aquí hoy... no hay ninguna otra razón ¡Y es cierto que yo te amo, te amo tanto Blaze y sí quiero acostarme contigo mucho...! Pero hay cosas más importantes en las que pensar ¿De acuerdo? Solo... solo hazte la idea de que no quiero nada a cambio, yo sabré satisfacer mis propios deseos a mi manera... pero aunque eres mi esposo, mientras tú no me ames de la manera en que yo te amo, mi cuerpo o mis deseos no tienen nada que ver contigo.

Blaze | Cavalcanti 2 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora