No me dejes por él

Me merezco el infierno

[ENRIQUE]

Cuando desperté no tenía idea de qué día era, ni qué había sucedido, pero cuando intenté levantar mi cabeza supe por el inmenso dolor que había bebido más de la cuenta y estaba con resaca. Abrí los ojos y todo me daba vueltas, ni decir del olor a alcohol que emanaba mi boca.

Después de esforzarme un poco logré darme la vuelta y ponerme de costado, fue entonces cuando la vi. Tiare dormía al lado mío semi-desnuda.

-¿Qué Diablos hice? -susurré para mi mismo. Le había dicho la noche anterior a mi amigo Tomás que no quería nada de "regalitos" en mi bebida, tendría que patearle al trasero al muy estúpido cuando viera.

La siguiente imagen que se me vino a la cabeza y me provocó más dolor que estar con la resaca, fue el rostro de mi novia, Cyrel. "La cagué", pensé y lo repetí mil veces en mi cabeza como loco. ¿Qué voy a hacer con Cyrel? Miré a Tiare y me di cuenta que tenía doble problema. ¿Qué mierda voy a hacer? Tiare es muy linda y simpática, pero ¡tengo novia!.

Primero que nada debía echarla con alguna excusa tonta, así podría pensar tranquilo sin su presencia. ¡PERO QUÉ...! ¡Le había prometido a Cyrel ir a buscarla!. Tomé el teléfono y le escribí rápidamente, luego le dije a Tiare que tenía clases y se fue.

-Te escribiré -dijo guiñándome un ojo antes de desaparecer por la puerta.

Ya podía recordar algunas cosas con claridad y me ponía más nervioso. Me preparé un café y me senté con la mirada perdida, pensando en qué le diría a mi novia, tal vez debía decirle la verdad y esperar que ella decidiera si perdonarme o no, pero nadie perdona algo así.

No quería perderla, lo de la noche había sido en un estado casi zombie, tenía vagas imágenes, pero eran las suficientes para declararme culpable.

Soy un puto.

Me fui a la Universidad y recibí mi merecido.

1) Tuve la mala suerte de que Tiare me enviara un mensaje y Cyrel lo viera.

2) Rompió la pulsera que demoré demasiado en encontrar.

3) Mi teléfono se precipitó al suelo y se rompió.

4) El idiota de Sam se metió a defenderla. De verdad su presencia alrededor de mi novia, digo, ex-novia, ¡Me enferma!

Después de esa situación no sé qué me pasó. Fue cómo si me hubieran inyectado una vacuna rábica que recorrió mi cuerpo y peor aún, mi mente. Las cosas que hice desde ese día no me las creo, me pongo a pensar en todo mientras me miro al espejo y llego a la conclusión en que no era yo, estaba poseído por un demonio que gritaba en mi interior que Cyrel era mía y debía hacer algo al respecto, sea cual sea el medio.

Hice un plan.

Guiado por mis deseos y por mi rabia compartí el plan con Tiare, sin embargo, ella era parte de todo.

Deseaba poseer a Cyrel con más intensidad que antes, lo que me llevó a intentar unirla a una relación poliamorosa, ni yo me lo creo.

Cuando Sam fue a rescatarla (odio admitirlo, pero Sam fue el caballero que Cyrel siempre quiso) Tiare volvió para ayudarme, mi plan se había acabado.

-Déjame solo -le dije y ella insistía en ayudar a ponerme de pie, mientras yo me hacía un ovillo en el suelo- Tiare, no hay nada entre nosotros, ahora por favor vete, todo esto no debió pasar.

Ella me miró enfurecida, la había herido. Me sentí un poco mal hasta que alzó mi rostro con su mano para que la mirara y recibí una cachetada que me dejó mirando para el otro lado. Por último una perfecta patada en la entrepierna que me dejó viendo borrosa la escena de sus pies saliendo de mi habitación.