No me dejes por él

Si Ella No Lo Hace, Yo Lo Haré

[EINEE]

Habíamos terminado de almorzar cuando suena el timbre. Mi hermano se levanta corriendo a abrir la puerta pensado que sería uno de sus amigos.

-¡Einee! —grita y voy a ver quien es. Es extraño que un fin de semana alguien vaya a visitarme, o mejor dicho, es extraño que me visiten.

Camino a la entrada mis mejillas se encienden al pensar en que podría ser Gabriel. Le dije que mis papás no estarían preparados para saber que tengo un... ¿Qué es? ¿Un novio? No, aún no. Un tira-amigo. Eso suena feo, les daría un ataque.

Pienso en darme la vuelta e irme a mi pieza cuando oigo su voz.

-¿Estaban almorzando? —pregunta Cyrel y veo a mi hermano haciéndose el lindo mientras conversa con ella en el hall.

-Gracias Luciano, ahora yo la atenderé —digo dándole un empujón a mi hermano mayor. El rueda los ojos y se marcha.— Perdona, le he dicho a mi hermano cientos de veces que deje la pedofilia.

-Ya soy mayor de edad —dice Cyrel riéndo— Pero gracias por salvarme, no estoy interesada en él.

La hago pasar al living pero me dice que necesita hablar algo en privado.

-Vamos al jardín —le digo y salimos por la puerta trasera. Las nubes gris claro cubren el cielo, el aire está fresco pero no hace frío.— Cuéntame que pasa —le digo intrigada. Cyrel no es una persona de muchos secretos, y parecía que ocultaba algo importante.

Nos sentamos en la banca-columpio y nos impulsamos un poquito.

-Me cuesta hablar de esto. Me da vergüenza, pero lo haré, necesito desahogarme contigo. —toma un respiro largo. No quiero presionarla a nada, así que espero a que ella esté lista para decirme lo que sea que tiene que contarme— Me gusta Sam. Quizás no solo me gusta, he pensado que estoy enamorada de él.

Su declaración me sorprende, no se si sentirme bien o mal.

-No me esperaba una declaración así. Hace mucho que Sam no me habla de ti, no tienes idea de cuánto le costó superar los sentimientos que te tenía. —ella se muerde el labio— ¡Ay, no! Pero es un tragedia -digo- Por qué te fijas en él ahora ¡tuviste mucho tiempo para darte cuenta, Cyrel!

-Lo sé, soy una estúpida, me di cuenta muy tarde de lo perfecto que es para mi.

-Sam te ama —le digo— Siempre lo decía, me contaba las cosas que hacían y me preguntaba si yo pensaba si podía tener una oportunidad contigo algún día.

-Pero lo he perdido.

-¿De que hablas? —le pregunto sin entender a qué se refiere.

-Ya veo, no te llegó el rumor. El día de la fiesta mientras tu estabas con Gabriel en... —dice y le tapo la boca rápidamente.

-]¡Shh! Las paredes pueden tener ojos, digo, oídos.

-Bueno, ese día, todos se enteraron de... ¿Cómo es que nadie te dijo? Sam está enamorado de un chico.

Mi primera impresión al oír eso es reírme, pienso que Cyrel está bromeando, pero me mira muy seria y con lágrimas en los bordes de los ojos. Empiezo a sentirme extraña, lo que dice es verdad. Miro a mi amiga y siento mis ojos húmedos.

-¿Le gusta alguien más? —pregunto para corroborar, y asiente. Me siento tan mal por ella y por su desdichada historia de amor, que me contuve el llanto, no puedo dejar que sufra más aún por esto.

-Es Namían, ayer salieron juntos. Fue su primera cita y yo le ayudé a verse bien. —dijo con la mirada ausente- Después de ayudarlo y verle partir con Namían, él me engañó. De casualidad lo encontré en la wafflería y el me había dicho que iría a la cafetería.