Un Secreto Por Un Olvido

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[SAM]

Una vez que la dejo en el suelo, frente a la casa de su ex, se abrocha temblorosa el abrigo y se queda mirando el horizonte infinito de su mente.

No sé qué decirle, quizá la situación traumática que acaba de vivir debe tenerla en un estado de shock.

-¿Alcancé a llegar antes de que te hicieran... Antes de que...? -pregunto pero no soy capaz de pronunciar esa palabra. Me aterra pensar que llegué tarde y había pasado algo grave, no sé que tan lejos podría llegar Enrique.

-Alcanzaste, gracias. Tampoco creo que hubiera pasado algo grave, me querían proponer algo-responde como un robot. Sus ojos grises y brillantes contenían en el borde las lágrimas. Me acerqué para abrazarla y apoyó su cabeza en mi pecho.

-¿Qué quieres hacer al respecto?

-Nada, no puedo hacer nada.

-Podemos ir a la comisaría, a poner una denuncia.

-No, Sam, no quiero, hicimos allanamiento de propiedad, tu y Enrique se golpearon, podrían juzgarnos a todos. Tiare tiene mensajes que delatan mi complicidad, podrían retorcer la historia.

Mi mente empezó a dar vueltas. Ella tiene razón, si hay mensajes entonces lo usarían en su contra.

-¿Se iban a vengar de Enrique?

-Si, pero todo era un plan de Tiare y él, ambos... Querían empezar una especie de relación poliamorosa.

-No es necesario que me digas todo ahora-le digo al ver que le cuesta hablar sobre el tema y tomo sus manos para darle apoyo.

-Tu mejilla -dice- está sangrando.

Llevo mi mano a mi mi rostro y siento un pequeño corte en el pómulo.

-No es nada. ¿Dónde quieres ir? Te puedo acompañar a tu casa.

-No, vamos donde Einee. -dijo y se puso en marcha rápidamente- Quiero olvidar este mal rato.

Caminamos lentamente y en silencio hasta la casa de nuestra amiga. Entramos y el ambiente está más relajado que cuando me fui. Al menos la música ya no molesta y el olor a pizza horneada llena el aire.

Todos se giran a vernos, como si con nosotros arrastrásemos un aura de tensión. Veo como algunos susurran al ver mi rostro cortado, pero no me importa, solo busco la mirada de una persona, y cuando la encuentro ésta se acerca corriendo.

-¿Qué pasó? -dice Einee histérica, pasaba la mirada en ambos tratando de entender la situación-Han demorado demasiado y ¡Sam! Tu cara está...

-Lo sé -digo y me acerco para susurrarle brevemente lo que pasó al oído. Ella se cubre la boca con la mano y abraza a Cyrel. De pronto me doy cuenta que las dos estaban llorando.

-Vamos a mi pieza -dice ella y se lleva a Cyrel de la mano, mientras yo me quedo allí preguntándome si realmente había sucedido algo así. Jamás imaginé que Enrique sería una persona tan distinta a como se mostraba con mi amiga.

Me dirijo a la cocina a buscar algo para comer. Ya siento mis tripas removiéndose nerviosamente y el olor a pizza no ayuda.
Alguien estaba agachado sacando la bandeja del horno, su cabello castaño ondulado y la forma de su espalda me hizo reconocerlo de inmediato. Él se da la vuelta y me mira con una sonrisa radiante, pero luego repara en mi mejilla y frunce el ceño.

-Sam, ¿Qué te pasó? -dice Namián dejando la bandeja a un lado.

-No puedo contarte, es complicado y confidencial, lo siento.

No me dejes por élDonde viven las historias. Descúbrelo ahora