Capítulo 29: El efecto del amor

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Desperté a las 9. Había un aroma extraño a comida y mi estómago dolia demasiado para ignorarlo. No quería salir de la cama, me sentía a gusto entre los brazos de Taekwoonie, pero queriendo empezar la rutina que deje en el pasado, intento levantarme un poco antes que los demás para luego poder despertarlos yo.

Me asomo a la cocina a pasos lentos, y al verlo alli, cocinando, haciendo el desayuno, provoca que sienta una calidez en el pecho.

- Hyukie.- le llamo dulcemente y mi voz lo hace entrar en pánico. Me daba un poco de miedo hablar con él, temia que me lastime, pero era mi dongsaeng y debía comprender sus motivos y sus razones.

- Hyung, yo... hice el desayuno.

Su forma de evitar la incomodidad me hace sonreir. Parecia un pequeño cachorro, temeroso a que lo regañen.

- Si, me he dado cuenta. Todo huele muy rico.- le sigo la corriente sentándome en la mesa y le indico a que se siente a mi lado, a que desayune conmigo.- Hongbin me hablo por el chat a la madrugada, asi que no te sientas presionado a contarme porque Hyung ya lo sabe, y lo comprendo. Era demasiado difícil para ti, no tienes que sentirte culpable de nada. A veces hay situaciones a las que no podemos enfrentar, y esta bien que tu haya decidido no enfrentarlo. No era tu responsabilidad.

- Ese es el problema Hyung. Ese pensamiento de que no eres mi responsabilidad, no es correcto. Tu eres mi responsabilidad, eres la responsabilidad de todos y te fallamos, yo te fallé. Debía cuidarte, debía hacerte sonreir, animarte, pero cuando escuche hablar a los managers sobre ti, sobre que tenías un trastorno mental, no supe como tomarlo, no sabía tu estado o si te iba a perder. Tenía miedo, mucho, mucho miedo.

Su rostro hinchado por la almohada y su angustiante expresión me enternece. Era demasiado tierno ante mis ojos, y entendía su temor.

- Esta bien Hyukie.- le consuelo abrazandole.- Hyung te entiende, asi que no tienes que sentirte de esa manera.

- Hyung, realmente estoy arrepentido. Perdóname, jamas lo volveré a hacer.- murmura como un niño pequeño sobre mi hombro y apoyo presionando suavemente mis labios al costado de su nuca, demostrandole mi afecto.

- Esta bien Hyukie. Yo te perdono.


Luego de proteger todo el mediodía a Hyukie de los malhumorados dongsaengs, hui hasta el lago para buscar un poco de tranquilidad.
La vista era hermosa, habían montañas tapadas por la neblina, árboles coloridos por el otoño, algunos sonidos de animales campestres y el lago, el hermoso y calmo lago.

Sin perder el tiempo, pedí prestado el bote de un anciano vecino, y no lo pense dos veces.

Reme y reme hasta desaparecer de la orilla.
El cielo estaba claro con dispersas nubes y la brisa era fresca y pura.
Me recosté en el bote mirando ese espléndido cielo y me doy cuenta por primera vez, que bajo este cielo estaba más vivo que nunca.

La lucha que enfrente siendo niño había quedado en el pasado y me sentia agradecido de que la vida me haya dado una segunda oportunidad. Ser educado por mis padres, crecer junto a mis hermanos, conocer a mis compañeros y fans, todo eso... era un milagro para mi.

El miedo de volver a enfermar, el miedo de perder mi vida, sufrir hasta la muerte, desaparecer de la vida de las personas, todo ese temor me consumió. Y a pesar de que en lo muy profundo de mi mente se mantiene ese miedo, de que la vida un día me quite ese milagro, sigo creyendo en mi y en las personas que amo.
Y si debo luchar hasta el fin de mis días con esta enfermedad,
sabré que ya no estaré solo en esta lucha,
estaré acompañado... por amor y por alegría.

Sea of illusions / NeoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora