Capítulo 36: Propuesta descuidada

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Una semana había transcurrido.
Todo parecía volver a su debido orden. Yo deje mi puesto de líder, Hakyeon empezó nuevamente a liderar al grupo y los dongsaengs quienes ya todos sabían de lo nuestro, no paraban de molestarnos.

La empresa, por su parte, mantenía los ojos bien puesto sobre Yeonie, y aunque él se alteraba demasiado por la constante vigilancia, supo controlar su mente a un 80%.
Ya no tenía la obligación de ir a terapia, pero a pesar de que ya no padecía TETP, todavía padecía TAG.
El trastorno de ansiedad generalizada lo mantenía por culpa de no saber como volver a manejar su vida luego de estar tan "desconectado". Y el tratamiento más eficaz era ayudarlo a sentirse mejor y desempeñarse bien durante la vida diaria, claro, si los síntomas de ansiedad eran severos, debía tomar un sedante. Pero hasta ahora, jamás he permitido que su ansiedad lo arrastre hasta los medicamentos.

Estaba en habitación con la netbook. Hoy habíamos empezado con una nueva coreografía para un próximo álbum y yo ya estaba todo contracturado. ¿Cómo lo hacía Hakyeonie?. Él seguía estando perfecto.

Luego de 10 minutos concentrado escribiendo una canción, mi cama es invadida por su enérgica presencia y dejo de lado mi trabajo para poder abrazarnos mutuamente.

Usualmente no éramos muy íntimos frente a los chicos, pero dentro de nuestras habitaciones, éramos unos completos enamorados.

- ¿Ya te bañaste Yeonie?.- le pregunto dulcemente besando su cabello del cual olía a coco.

- Si.- afirma robándome un beso.- Pero eres muy malo.

- ¿Por qué?.- me sorprendo por su tierna acusación.

- Porqué yo quería bañarme contigo. ¿Por qué eres tan malo?, no te voy a comer bajo el agua.- expresa apretándose más a mi cuerpo, apoyando su cabeza sobre mi hombro.

- Si que me vas a comer.- le acuso apartando su traviesa mano de mi pecho.- El agua caliente y tus manos no son buena combinación para mantener la compostura, ya he aprendido mi lección.

- Hmm... esa fue una muy gratificante lección.- expresa mordiéndome la mandíbula, y tocándome inadecuadamente con su mano traviesa.- Aunque no me dejes comer... si puedo probar. ¿No?.- pregunta divertido metiendo su mano bajo mi pantalón, ruborizándome.

- Los chicos están en la sala.- le digo quitando nuevamente su mano.

- Owww... dale~.

- ¿Que gimoteas?. Lárgate de acá.- digo riéndome por su comportamiento de niño mimado.

- Ya vas a venir a mi cuarto a que te haga mimos.- amenaza levantándose.

- No~, no te enojes.- expreso aprisionándolo con mis brazos y piernas.- No te vayas, quédate así conmigo.

- Nunca me voy a ir.- declara moldeando su cuerpo con el mío.

- ¿Me lo prometes?.- pregunto mirando su hermosos ojos marrones, y acariciando su mejilla.

- Te lo prometo... baboya.- afirma acercándose a mi labios, para besarme dulcemente hasta quedarnos sin oxigeno.- Te quiero. A pesar de que me vuelves loco, y a pesar de que te vuelvo loco... nunca podré dejar de quererte.

- Que bueno escuchar eso.- comento besando sus labios una y otra vez, y otra vez, sin parar de sonreír como estúpido.- Yo también te quiero.

- ¿Me perdonas?.- pregunta robándome una sonrisa ilusa.

- ¿Por qué?.

- Por aguantar todas mis locuras... mis ataques de ansiedad. Mis gritos, mis nervios, mis golpes.- expresa avergonzado riéndose.- Tu sabes, por ser tan complicado.

Sea of illusions / NeoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora