"-quien eres tú?"
-"como?... de… de que hablas?"- dijo desconcertada ante la pregunta de la rubia, pero no obtuvo respuesta, sino la extrañada mirada de ella. –"Perrie...?"
-"como sabes mi nombre"- preguntó a la defensiva.
-"soy…soy yo, Jade"- la rubia al escucharle solo le miró desinteresada.
-"no te conozco… como sea, olvida mi nombre y que me viste"
Jade sintió como un nudo se apoderaba de su estómago, el miedo le invadió al suponer que era lo que ocurría con su amante. Mientras, la rubia agachó la mirada hacia el cuerpo ensangrentado, que mostraba los cinco disparos de su espalda, luego miró su mano que tenía un arma. La cabeza le dolía y se preguntó si ella había dado muerte a aquel sujeto, aunque lo dudaba, puesto que cinco disparos por la espalda no es su estilo, ese es un trabajo muy escandaloso. En fin, no tenía importancia. Se levantó y se dispuso a caminar, pero una mano la detuvo. Miró la insolente mano que se había atrevido a detenerle, luego miró a la consternada chica y a sus ojos que se cristalizaban.
-"Perrie, por favor, no te vayas"- dijo con la voz entrecortada. La rubia esta vez frunció el ceño.
-"no sé quien seas niña, pero si no quieres morir acaba con este molesto juego, no estoy de humor"- dijo tomándole con una mano del cuello.
La chica no pudo evitar derramar un par de lagrimas, cosa que le pareció extraño a la rubia, que seguía sin entender el comportamiento de la 'recién conocida'.
-"por favor Perrie, trata de recordarme"- la rubia alzó una ceja y la soltó.
-"y según tu de donde te conozco?"- dijo fastidiada.
-"yo…"- no sabía ni por dónde empezar ni que decir.
-"bien… me voy"- volteó para continuar caminando.
-"no! no… dime, que fue lo último que hiciste"- dijo esperanzada, tal vez eso le ayudaría a hacerla entender de lo recién ocurrido.
-"que quieres saber?... te mandó alguien a averiguar acerca de mi?"- se volvió bruscamente.
-"no… no es eso"- respondió frustrada.
-"no tengo tiempo para esto, solo quiero volver a mi departamento"- comentó esto último para ella misma.
Pasó su mano por su frente, y caminó. No entendía bien lo que ocurría ni porque estaba en ese lugar, solo quería volver a su departamento y dormir.
-"tu ya no vives en tu departamento"
-"de que hablas?...estás loca?"- la actitud de la chica realmente estaba confundiéndola.
-"vivimos en una de tus casas que usas como refugio"
-"vivimos? Como es que sabes de mi casa de…? Demonios… no eres muy inteligente. Me estás dando motivos para matarte"- dijo sacando su arma. Le tomó de la ropa y le apuntó a la frente.
-"Perrie, por favor mírame y haz un esfuerzo en reconocerme"- dijo con los ojos vidriosos pero firmes.
La rubia se sorprendió un poco con esa mirada, le provocó algo irreconocible, algo extraño. Entrecerró los ojos como tratando de averiguar en ella misma la razón de esa sensación. Luego volvió a abrir los ojos, con su expresión fría natural. Se sintió ridícula tratando de recordar a alguien que estaba segura no conocía, siguiendo la corriente a quien ya creía que estaba demente.
-"tu no me conoces, así que no molestes"
-"yo si te conozco, tu eres Perrie Edwards, eres una asesina a sueldo, tus padres y hermano murieron cuando tenías ocho años, fueron asesinados. Después de eso perdiste gran parte de tus recuerdos de infancia, olvidando incluso la existencia de tu tío Dan…"- dijo apuntando el inerte cuerpo a unos metros.
