PREFACIO

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Todo, y cuando digo todo, es la totalidad de lo que hay actualmente, empezó de una forma muy curiosa. Fueron dos chispas, una era "La nada", y la otra era "El todo", eran los dioses primerizos y antepasados anteriores a lo que hoy hay, y no hubo antes más ni menos.

Y de la colisión de aquellas dos primeras chispas se ocasionó una explosión que dio lugar a tres chispas más, siendo una el espacio, llamado también Prah por los antiguos, cuyo tamaño agrandaba con la siguiente de las chispas segundas.

Y la segunda de las chispas que salieron de la explosión de las dos primeras fue el tiempo, denominado Ikítu, el más grande, que era quién todo lo decidía a su paso, y quién podía ver el ayer y el mañana.

Y la tercera y última de las chispas segundas fue la más grande, y la decisiva, pues era la materia, o "Fok" para aquellos primeros, y era la más importante de todas.

Fok situó una capa que atraía la materia de forma esférica, instaló un artefacto que provocaba presión sobre ella, y la llamó red gravitatoria, y era invisible y moldeada por el paso de Ikítu y haciéndose más grande debido a Prah, y en principio fue luz, luz cálida o fría, fuego o hielo, llamas ígneas y ardientes o escarcha helada y sólida, no obstante cuando Fok estaba en su estado y temperatura ideales, era agua y atraía todo, lo absorbía incluso, juntaba las masas a sí misma, puesto que dos masas en el espacio nunca se atrajeron, y nunca se atraerán si no intervenía Fok.

Y al final el agua engendró vida dentro y fuera de ella, pero dentro primero y todo se fue dividiendo, o multiplicando, según se mire. Y hubo días de paz y armonía, los primeros días en los que reinaba la armonía y la buena vibración, de la que nació el sonido.

Ni Prah, ni Fok sabían lo que iba a ocurrir, por lo tanto tomaron la decisión de consultar a Ikítu, el dios, como ya he dicho, del tiempo. Y supusieron que Ikítu les daría una respuesta clara ya que podía prever el futuro sabiendo todo el pasado, pero no fue así.

Ikítu les contestó que podía saber lo que ocurriría, pero no que lo supiese a ciencia cierta, dado que no dependía solo de él, y que lo que sucediere estaría en manos de los tres, y no solo de él mismo como Prah y Fok pensaban.

Dijo Ikítu también que el no quería, ni podía, ni mucho menos debía cargar con la responsabilidad del futuro de lo que las dos chispas primeras habían creado, así que se pusieron los tres a trabajar.

Aunque eran proyectos brillantes y aparentemente estupendos, el trabajo que hicieron para llevarlos a cabo fue inútil, pues todo se empezó a complicar más de lo que imaginaban los tres.

Del agua solidificada nació la tierra, una tierra arenosa que se fue compactando. Del agua salieron peces, y de la tierra junto al agua plantas, y el primero de los primeros, el pez andante, se atrevió a caminar por la tierra, y se le llamó Anis, el animal, y al hijo que tuvo, al que todo se lo enseñó, le puso de nombre Homus, y también le mostró como vivir entre los suyos, entre los animales, reptiles, aves, peces, y otros...

Y nacio el primer hombre de la tierra, de la mezcla de uno de los que reptaban, es decir, un reptil, llamado Serp, con Homus, y fue creado para servir a Ikitu, que era el mayor de los tres primeros, y este del que hablamos, se llamó Srepth o "Ser hombre", y Fok le dió la luz brillante que necesitaba en la noche, y la sombra que nunca le abandonó durante el día.

Y el tiempo, que iba pasando con rapidez, se alargaba y se hacía cada vez más duradero y viejo, sin embargo Ikítu conservaba su forma y nunca envejecía.

Nadie cabía esperar todo lo que podía tener lugar allí o allá, muchos milenios y milenios más adelante, unas cuantas eras después, en el momento en que todo estuviera en el orden que Ikítu, Prah y Fok determinaban todo como correcto o no, en la alineación primera de los planetas que habían creado respecto de su centro de consenso, al que llamaban "El todo"

Pues aquella llamada "Tierra única" estuvo muy largo tiempo sometida a la penumbra, una penumbra asoladora, una época de sombra y noche eterna en la que no se escuchaba, no se decía, no se hacía, todo por causas desconocidas, todo por algún desajuste del que nadie se estaba percatando, todo por algo, o alguien que no dejaba que "El todo" avanzase.

Y la tierra se veía resentida, dolida por aquella noche, las aguas eran oscuras, las plantas no recibían luz, y los seres no tenían ese brillo que les permitía vivir de forma libre, mas algo sucedería más adelante...

El Legado del Dragón: Anastasia Y La Máscara De PlataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora