Capítulo IV: Competición (Parte II: Gragen)

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Por sorpresa se acercó el tipo raro habiéndose dado cuenta de que le señalaban, y pensando que quizá estaba llamando la atención debido a sus extravagantes prendas, y a su extraña forma de actuar.

–Me llamo Inkor –dijo –Tu eres Mía ¿Verdad?.

–Esto... sí –dijo Mía-¿Cómo lo sabes? -añadió- Espera, ¿Me conoces?.

–Simplemente se tu nombre pero no creas que se muchas más cosas de ti -respondió pasándose una mano por la cara.

–¡Ah! –admiraba Mía –Estabas muy callado.

–Bueno –dijo Inkor. –digamos que estaba concentrado en el torneo. Deberá tocarme pronto luchar así que estaré un rato por ahí – agregó señalando unos tajos que había al final de la zona de participantes – alejado de los demás mientras empieza el siguiente combate, para poder visualizar mi primera lucha -concluyó-

Lo cierto es que Inkor también sabia que le tocaría luchar contra Mía, pero no quiso darlo a entender más de lo debido, eso le favorecería, prefería que Mía pensara que él no sabía que se enfrentaría a ella. Al darse la vuelta se le cayó al suelo aquel espantapájaros que tenia, al instante cobro vida y volvió encima de su espalda. Mía y Anastasia quedaron hablando sobre el cuando Iruthak apareció y anuncio el siguiente combate que tendría lugar en la arena. Así era, Mía contra Inkor.

Inkor tenía una especie de poder mental que le era muy útil. Consistía en que podía predecir lo que ocurría cuatro o como mucho cinco segundos después de cuando esto le pasaba. A veces conseguía controlarlo y lograba cambiar su propio destino evitando incluso su propia muerte en muchas ocasiones.

Iruthak cogió el micrófono y presento el combate, que inicio tras el golpe de Tambor.

Ambos se observaban desde el sitio donde estaban al comenzar el enfrentamiento. Mía se acercó un par de pasos, saco uno de sus brebajes, y se lo bebió (Esto también estaba permitido). El brebaje le otorgo mayor capacidad defensiva, apareció una especie de escudo eléctrico rodeándola en forma de esfera. Inkor se preparaba para luchar, se agacho levemente y tocó las punteras de sus botas, este era un gesto que hacia siempre antes de cada combate porque creía que le traía suerte. Inkor cojio el hacha de madera que había elejido para combatir, la hechizó y la lanzo a modo boomerang contra Mía, rompiendo su escudo e impactando contra su pecho y lanzando a Mía al suelo. Mía se levanto, saco otro brebaje y se lo bebió. Su tamaño comenzó a aumentar, hasta duplicar el de Inkor, lo agarró con las dos manos y lo lanzo fuera del ring.

Volvieron a sus puestos, Inkor y Mía volvieron a enzarzarse de nuevo. Mía ya había tomado su tamaño normal al haberse pasado los efectos de la pócima, mientras que Inkor preveía muchos golpes causa del poder mental que tenia. El marcador mostraba 6 – 5 a favor de Inkor tras un intercambio de golpes. Inkor conjuro una nube en la que se subió. Desde mas arriba lanzó el espantapájaros, que se colocó solo en el suelo. Inkor entro en una especie de éxtasis mental, que le permitia controlar aquella simulación de campesino hecho de harapos y paja que tomando el hacha de madera comenzó a golpear a Mía. Inkor ya solo necesitaba dos puntos para su Victoria cuando Mía arrebató el hacha al espantapájaros y la lanzo contra Inkor que permanecia levitando en la nube. Inkor consiguió salir de su estado de trance evitando que el hacha le golpeara, volvio a concentrarse de nuevo y conjuro una bola de fuego que lanzo a su espantapájaros, haciéndolo arder en llamas. Controlandolo consiguió dirijirlo hacia Mía causándole leves quemaduras y sacándola del ring. Mía había perdido el combate.

-Ahora tendrá comienzo el último combate de la primera ronda, combatirán ... -dijo Iruthak- Draconos contra Lizwor

Draconos dio el mayor espectáculo visto ese día consiguiendo una victoria aplastante de 10 a 1. Águilux se reía por alguna extraña razón durante casi todo el combate

La primera ronda había concluido, estaba cayendo el sol por lo que los juegos se paralizarían hasta el mediodía del día siguiente.

En la ronda número tres estarían de nuevo Draconos y Águilux, Rashán, Anastasia, Inkor, pero empezaba a anochecer, la competición se pararía hasta el día siguiente. la gente se marchaba para sus casas, algunos pocos sabían que la primera prueba que tendría lugar al día siguiente en la reanudación de los juegos sería una eliminatoria, los 250 en 5 rondas de 50 luchadores, deberían combatir en equipo contra fieras y monstruos que Iruthak tenía enjaulados, cuando de los 50 quedaran 30 en pie, se pararía. Al pasar 30 de cada 50 (5 rondas) se eliminan 20 de cada una, 100 luchadores perderían la oportunidad de seguir luchando, el que se viese demasiado herido o a punto de muerte sería sacado de allí como eliminado, así como si se rinde, levantando la mano.

Anastasia se reunió con Mía fuera, ambos buscaron a Gragen por los alrededores pero no aparecía por ninguna parte.

Anastasia y Mía caminaban recorriendo las calles de la parte aristócrata de la ciudad, allí veían ciudadanos con ropas caras y les preguntaban si por allí habían visto a un trol. Lo intentaron, una, dos, tres veces, pero nadie sabía nada. Anastasia le debía mucho a Gragen, había escapado de aquella prisión gracias a él y no podía permitir perderlo así como así.

Cansados de buscar fueron a una posada, en una plaza. Su aspecto por dentro era rústico, muchos objetos eran de madera, pues el dueño de la posada era carpintero y hacía los muebles más caros de la ciudad. La posada tenía un pequeño patio por dentro. Pidieron una habitación de dos camas separadas para pasar la noche. Antes de subir cenaron un buen plato de jabalí horneado con papas en el primer piso, en una especie de comedor terraza que daba al patio.

Llegaron a la habitación y hablaron de que harían hasta el mediodía del día siguiente, que sería cuando se reanudaría el torneo.

–Tenemos que hablar con el Rey –dijo Anastasia- Hay que conseguir que de una orden de búsqueda para encontrar a Gragen.

–No nos harán caso –dijo Mía- el Rey tendrá cosas más importantes que hacer, sobretodo si esta buscando a una herba que es la única guerrera del dragón viva en el reino, para eliminar a una criatura todopoderosa y maligna que Úruthom tiene a su favor-.

–No perdemos nada por intentarlo –insistía Anastasia- tenemos que encontrarle-.

–Esta bien Annalí –dijo Mía- Iremos al castillo a preguntar si nos conceden hablar con el Rey, pero me gustaría que fuésemos también a la zona de entrenamiento para prepararnos-. –Nos levantaremos pronto –dijo Anastasia- así nos dará tiempo para todo. –Sí, así que vámonos a la cama. –Y allí durmieron.

A la mañana siguiente Uruthom, ideaba con un mapa del mundo exterior un nuevo plan para buscar a Anastasia, debatía con los miembros del consejo en su fortaleza, Rhek e Isilmur, eran los que más poder tenían después de Uruthom, ambos eran seres de piel escamada, con aletas y alas, podían moverse tanto por medio acuático, como aéreo, y por descontado terrestre. Rhek había sido dotado de una gran inteligencia y sagacidad, y Isilmur era astuto, frío, calculador, con otro tipo de inteligencia más sistemática.

-Esa cazadora de dragones lleva ya unos días fugitiva –decía el gran Dios- creo que va siendo hora de organizar una estrategia.

-Yo calculo que... -dijo Rhek- esa chica debe andar a unas once mil o doce mil brazas de aquí, trazando un radio con esa distancia en un mapa podemos comprobar que lo más posible, casi seguro, es que ha logrado salir de nuestro territorio.

–Es muy difícil pasar la gran cordillera que divide los reinos –dijo Isilmur- aunque de ser como tu dices Rhek, debería haber atravesado el bosque de Púlkor, hay un grupo del ejercito de gholos que enviamos que no ha vuelto todavía, es posible que durante un enfrentamiento hayan perdido la vida.

-Veamos... –dijo Uruthom pasándose la mano por la barbilla- ya que el lugar por el que deben haber escapado es este bosque –dijo señalando el mapa- pueden haber llegado a esa ciudad neutra que hay cerca.

-¿La de los festivales?–preguntaba Isilmur- Ya entiendo, pero a partir de ahí no sabemos que dirección tomaron.

–También pudieron coger un barco –dijo Rhek señalando una pequeña ciudad en el mapa- en la ciudad de Ternaval, y de ser así no va a ser tan fácil llegar a la chica aunque...

-¡Se lo que piensas! –dijo Uruthom- hay que cerrar el golfo neutral, en barco no pueden haber adelantado mucho, y requiere un tiempo salir del golfo... 

El Legado del Dragón: Anastasia Y La Máscara De PlataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora