Capítulo III: Huida (Parte IV: Hacia Írnofal)

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Terminaron de almorzar y partieron a Írnofal, Anastasia cada vez estaba mas cerca del Rey, pero como ya sabéis, no podía quitarse ese antifaz por la maldición que Nendy le había lanzado. Nada más salir del molino, justo después de despedirse de Téraltas y su hermano, Anastasía dio un leve golpe con la mano en el brazo de Gragen.

–¿Por qué cuentas todo trol? -dijo la herba-, al final nos vas a meter en un lío...

–Sentirlo... -dijo Gragen agachando la cabeza-, en mi tribu no ocurren estas cosas.

–Pero esto no es tu tribu -dijo Anastasia- siento decírtelo con tanta rigidez, pero no es la primera vez que lo haces.

–¡Vale ya! -dijo Mía intentando mediar-, Gragen, no vuelvas a hacerlo, y Anas... Annalí, ya ha sido suficiente, sigamos nuestro camino, ya estamos llegando.

Nada más presentarse en Írnofal coincidieron con Draconos, que estaba en la allí en la entrada sur, se podía ver desde fuera como reflexionaba. Se dirigieron hacia el con educación.

–Saludos -dijo Mía-, tu debes ser Draconos, de los hombres de Írnofal, yo te conozco, hablan mucho de ti, y creo recordar que luchamos juntos una vez.

–El mismo, pero perdona mi mala memoria -dijo Draconos haciendo un gesto de disculpa-, yo no te recuerdo. ¿Qué os trae por estas tierras? -preguntó el heroico guerrero-

–Hemos venido a inscribirnos en el torneo -dijo Anastasia-

–Si, venir conmigo, vais con buena protección por lo que veo –dijo Draconos mirando al trol de reojo. Gragen, al percatarse, se echó a reir.

–Yo ser muy pacifico -dijo Gragen-, no alistarme para el torneo porque violencia no gustar a Gragen, estar de paso, querer marchar a la sima donde habita mi tribu para rencontrar mi familia.

–¡Vaya! -exclamó Anastasia-, olvidaba que llevabas mucho tiempo sin ver a los tuyos.-

–Bueno... -interrumpió Draconos, si lo que queréis es alistaros para el torneo, venir conmigo.

A continuación fueron al cuartel para avisar a Iruthak de los dos nuevos participantes, ya que Gragen se negaba rotundamente a la idea de participar en el torneo.

–Así que más interesados ¿Eh? -decía Iruthak-, interesadas en este caso, bien, el plazo de inscripción había finalizado ya pero bueno, no creo que pase nada porque os aliste a última hora con el fin de que participéis, a todo esto, ¿Vuestros nombres?,¿A que tierras pertenecéis?

–Yo soy Annalí, –dijo Anastasia –de la capital hérbica Mërela Almarëya.

–Mía –dijo Mía- nacida en Féstiva.

–Una pregunta para Annalí –dijo Draconos- ¿Por qué no muestras tu rostro? – Lo.. -hizo una pausa para pensar-, lo tiene quemado –respondió adelantandose agilmente Mía. Anastasia le siguió la corriente.

–Sí... -decía Anastasia fingiendo dolor-

–Yo estar allí, -dijo Gragen ayudando un poco- un incendio terrible tener lugar en el que ser nuestro hogar.

–Vaya –respondió Draconos- eso no tiene que ser bueno, estar condenada a llevar algo que cubra tu cara para siempre...

–Bueno yo me tengo que marchar, nos veremos en el coliseo -dijo Iruthak-, y silenciosamente dio media vuelta y se dirigió al coliseo.

–No os queda mucho tiempo -dijo Draconos-, yo que vosotros iría encargándome de coger un buen equipo para combatir, la arena es muy dura y no perdona.

El Legado del Dragón: Anastasia Y La Máscara De PlataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora