Capítulo IV: Competición (Parte III: Los planes de Rhek)

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Se tomaron un breve descanso cuando Rhek había hecho más cálculos de lo que podrían haberse alejado en caso de tomar un barco en Ternaval como medio de transporte.

–Es imposible que nos de tiempo a cerrar el golfo antes de que salgan de allí –dijo Rhek-, además he pensado, que no pueden haber salido con dolines de aquí para pagar un viaje en barco-.

–Tenemos entonces... -preguntó Isilmur- cierta certeza de su rumbo y, yo creo que lo que tendríamos que hacer para encontrar a quien buscamos es preguntar aquí –dijo poniendo su dedo sobre Féstiva-.

–Me ofrezco voluntario para ir con unos cuantos de nuestros esbirros -dijo Rhek.

–Excelente –dijo Uruthom- ve preparándote para partir hacia ese destino-.

Dicho y hecho, Rhek decidio ir hacia Féstiva, pero solo cogió a sus dos esbirros mejor entrenados Ethpergar y Ethperción.

Cuando se contemplaban los primeros haces de luces del sol, pisaban las tierras de Pulkor, allí se respiraba muy poca confianza desde la ultima vez, Pulkor andaba hambriento y buscaba su martillo, presentía que había ido a parar a las manos equivocadas.

Los pájaros de Púlkor empezaban a piar, todo cobraba vida, las flores resurgían y con el contacto con la luz solar presentaban colores ... no, no existe palabra para describirlo. Se sentía una nueva sensación en ese bosque después del paso de Anastasia por allí.

Rhek y sus secuaces se comunicaban con los murciélagos, que les dieron a conocer la dirección que tomó Anastasia en cada momento por el bosque, esto les permitió poder seguir el mismo camino que Anastasia cogió y esto les llevo a información, como que Anastasia tenía el martillo de pulkor cuya cubierta esférica yacía en el suelo, así como que huian de algo o de alguien por la separación entre sus pisadas que indicaban que habían estado corriendo delante de alguien que les perseguía. Así mismo dieron tal y como se preveía con que Anastasia y su compañero de celda habían elegido Festiva como el lugar al que huir.

Poco después Anastasia y Mía se levantaban, poco despues desayunaban algo en la habitación.

-Date prisa –dijo Anastasia- tenemos que ir a hablar sea con el Rey o con alguien importante sobre Gragen.

-¿Qué tienes pensado? –preguntó Mía.

–Aún no lo se muy bien –dijo Anastasia-, se que si llegamos a hablar con el Rey me pondré muy nerviosa, pretendo decirle a los guardas que es un asunto urgente acerca de la competición para que nos dejen pasar a su castillo.

–¿Por qué ibas a ponerte nerviosa? –preguntó Mía-.

–Bueno es que el Rey es quien dirige todo –respondió Anastasia- y supongo que eso me impone, bueno, mira te contare la verdad, yo conozco al rey Víktor, nos conocimos de adolescentes y estuvimos a punto de besarnos una vez en su castillo, pero recuerda que llevo la máscara y no me reconocerá, aunque aún así su presencia me impondrá, casi seguro.

Salieron fuera, no con demasiada prisa pero tampoco con pausa, al pasar por el mercado vieron una tienda que no estaba antes, tenía forma hexagonal, la tela que la cubría era de color morado, pintada a rayas con un tono mas oscurecido y azulado, en un cartel se podía leer:

"COMpReN cócteLes de BOWny's"

Se sentirá revitalizado al tomarlo, consúmalo después del ejercicio físico.

El dueño de la tienda era un tanto peculiar, tenía la nariz en punta, orejas también puntiagudas estiradas hacia afuera, ojos cansados, tono de piel verde, oh claro, era un goblin.

El Legado del Dragón: Anastasia Y La Máscara De PlataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora