Capítulo 7

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Como un fantasma de lo que solía ser.

7 de septiembre de 1956

Sentada en el borde de la cama pienso en todos los años que me he perdido, en todo el tiempo que nunca recuperaré, en todas las ocasiones en las que me necesitaron y yo no estaba allí.

Violet duerme plácidamente en su cama, que aún conserva el edredón con soldaditos de plomo bordados que le compramos al nacer; su pelo rojo es una maraña, se ve que no se peina demasiado, quizás debería haberle comprado un peine. Después de todo este tiempo observando, como una espectadora más, he visto la vida de Violet cambiar completamente.

Ron.

Él se lo ha contado todo, o al menos, todo lo que sabe. Que tampoco es que sea demasiado. Siempre adoraré a este hombre, de alma leal y corazón noble, compañero de travesías y aventuras, un amigo de verdad.

Acaricio lentamente su pelo intentando ordenar el flequillo de su frente, cuando tiene mejor aspecto, acaricio la llave que lleva colgada. Con lo fácil que sería quitársela ahora mismo, regresar por donde he venido y no volver nunca más. Pero la despertaría, y no puedo permitirme el lujo de que me vea. ¿Por qué dejé la llave en el cajón? Un impulso. Pensé que allí estaría segura y que nadie la encontraría. ¿Quién iba a pensar que Violet aún entraba en esa vieja habitación?

Oh, Violet, Cuantas cosas te debo.

Solamente hace una semana que se encontró la llave y ya está enfrascada completamente en el misterio.

Ron le ha contado absolutamente todo, incluso que tras mi desaparición fue al claro a buscarme, e incluso intentó abrir la puerta, algo que yo no sabía, pero que agradezco profundamente.

A veces le echo tanto de menos.

Todas las decisiones que he tomado me han llevado a un punto incierto en el tiempo, en el que no sé si soy pasado, presente, o simplemente una sombra, que está en todas partes y en ninguna. Tendré que esperar el momento más indicado para hacerme con la llave, por otro lado, tengo que impedir que Violet y Soul descubran algo más, porque en ese caso podrían no desprenderse nunca de la llave.

Me levanto y me encamino hacia la puerta. El amanecer se acerca, y no me gustaría que me descubrieran ahora. Camino por los pasillos de mi casa recordando, añorando, como un fantasma de lo que solía ser.

Bajo el tramo de escaleras acariciando el pasamanos de mármol; mirando hacia ambos lados para comprobar que nadie me sigue, cierro la puerta a mis espaldas y comienzo a caminar por el jardín, por un camino de piedras que llevan a la carretera, y poco después al bosque.

Al final del camino, me giro para contemplar mi vieja casa, y sonrío con el pensamiento agridulce de todo lo que he conseguido en la vida, y de todo lo que ya no tengo. 

Al pasar la vista sobre la ventana de la cocina veo a la vieja Lily mirarme con ojos incrédulos, ponerse pálida, como si hubiera visto un fantasma, aunque puede que lo esté viendo realmente. Sin decir una sola palabra, le sonrío y me sumerjo en el bosque, sin echar la vista atrás, a sabiendas de que mi imprudencia traerá problemas.

Time: PasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora