Capítulo 19

8 1 0
                                        

La llave en la mano y el corazón en un puño.

3 de diciembre de 1956

VIOLET:

La noche asoma por la ventana, cubriendo los bosques, hermosa. Testigo inocente de lo que ocurrirá. Por un segundo recuerdo el viaje de vuelta a casa: como omitía los detalles sobre mi madre y el claro para proteger a Soul. Protegerla. ¿Protegerla de qué?

Siendo sincera conmigo misma no lo he hecho por ella, lo he hecho por mí. Para que no se inmiscuya en mis planes. Un conejo dije. Me río ante mi ocurrencia, un maldito conejo. Le he mentido como una vil bellaca. Haciendo memoria creo que es la primera vez que le miento.

Me siento mal. En realidad no. La causa lo vale.

Salgo de mi cama y me encamino hacia el armario, me pongo lo primero que encuentro: una camisa de cuadros azul y roja, unos vaqueros y unas botas altas; y el abrigo más grande que encuentro. Salgo al pasillo y miro a ambos lados para comprobar que Lily y Sam ya están en la cama.

Bajo las escaleras de puntillas, con extremo cuidado de no hacer ningún tipo de ruido que pueda perturbar el sueño del pequeño Sammy.  Corro desesperadamente jardín abajo, hacia la carretera, hacia el bosque, hacia el claro, hacia la aventura.

La luna ilumina los árboles desnudos y le da un aire tétrico a la situación. Camino veloz, ansiosa, con ganas de más y el corazón en la garganta por el miedo, me pregunto si veré otro amanecer; pero ahora ya es demasiado tarde para preocuparte por el valor de mi propia vida.

Camino mirando a mis pies, como avergonzada por haberme escapado de este modo.

“Parezco ella, huyendo sin despedirme”.

De repente el claro se abre ante mis ojos, iluminado por la luna, como en mis sueños. Me sitúo frente al árbol de la izquierda, con la llave en la mano y el corazón en un puño.

Introduzco la llave en la cerradura y la giro con delicadeza, atraigo la puerta hacia mí y para mi sorpresa, el bosque no está en llamas.

Un viento frío me hiela la sangre, la oscuridad es casi completa al otro lado. Me giro durante un último instante para contemplar lo que estoy a punto de dejar atrás, y sin pensarlo mucho, atravieso la puerta y la cierro detrás de mí.

Time: PasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora