Capítulo 21

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El faro.

4 de diciembre de 1956

VIOLET:

No sé cómo reaccionarán al verme. Tenía que haber avisado, pero en aquel momento la necesidad de huir ocupaba todos mis pensamientos. La puerta me hacía una invitación, y ya llevaba demasiado tiempo ignorando su llamada.

Sea como sea, lo hecho está hecho, he vuelto, y solo me queda esperar las consecuencias.

Estará muy enfadada, pero cuando le cuente todo lo que sé tendrá que perdonarme.

Sin saber por qué me encuentro a mí misma arrancando la hierba del jardín de manera compulsiva.

-Calma fiera, que vas a dejarnos sin vegetación –dice Sam divertido.

A él no le ha importado mi ausencia, ni siquiera me ha preguntado donde he estado, he vuelto y con eso le vale.

*Ojalá todo el mundo fuera como él*

Entonces la veo, diviso su vestido flotar veloz entre los árboles y se me forma un fuerte nudo en el estomago. Aun así, grito su nombre.

Frena en seco, y sé que me ha visto, su rostro se torna serio y pálido, aunque creo ver algo en la nueva calma de su respiración ¿alivio quizás? Cruza la carretera y pasa de largo, se dirige al garaje, la sigo guardando una distancia de seguridad. Coge su bicicleta, así que yo cojo la mía y la sigo calle abajo. Pedalea veloz unos metros por delante de mí, sin pararse a mirarme ni un solo segundo. No pienso en nada mientras la sigo, solo avanzo. Volamos sobre el asfalto durante largos minutos y poco a poco nos alejamos del centro. Sé a dónde nos dirigimos. Al faro.

Soul deja su bicicleta en la hierba y da la vuelta al faro. Yo la sigo intentando calmarme, el viaje me ha dejado exhausta. Se sienta apoyando la espalda en la pared y observando las olas que se rompen contra las penas, probablemente mirando mucho más allá. Me siento a su lado con cautela, dejando un pequeño espacio entre nosotras, y deseo con todas mis fuerzas que comience a hablar, a gritar, que se ponga histérica, que me pegue un puñetazo. Cualquier cosa es preferible a esta calma, que augura sin lugar a dudas, mucha más rabia de la que podría contener una patada en el estomago. Tras unos minutos de silencio que me parecen eternos, decide tomar la palabra:

-No puedo creerme lo que has hecho. –dice esto sin mirarme, sin apartar la vista del horizonte.

Sus palabras consiguen hacer aun más grande el nudo en mi estomago, y no puedo hablar.

-Es peligroso. No sabemos nada sobre lo que se esconde detrás de esa puerta. Nada. Pero tú te vas sin más en medio de la noche. Sí que te pareces a tu madre.

Sus palabras me duelen como si estuviera arrancándome todo el cabello pelo por pelo. Y el tono de su voz sigue sin elevarse lo más mínimo a pesar de la dureza de sus palabras.

-Yo… -no sé ni que decir- lo siento, no tenía que haberlo hecho.

Me sorprendo a mí misma del tono de mi voz, también neutral, y de mis medidas palabras, que no recuerdo haber decidido pronunciar.

-Una disculpa no arregla nada.

-Bueno, pues es lo que hay. Lo hecho, hecho está. –digo comenzando a alterarme.

-Sí, está claro que ya está hecho. –sin embargo ella sigue sin inmutarse.

-¡Tenía que hacerlo ¿vale?! –digo ya en un tono más elevado de lo que me gustaría.

-Podías habérmelo dicho, creía que nos lo contábamos todo.

-¡No me dejaste otra opción! ¡Jamás me hubieras dejado ir si lo hubieras sabido! –digo ya completamente fuera de mí.

-¿Y PREFERÍSTE HACERLO SIN MÍ? –finalmente salta y me mira con ojos desorbitados.

Mi ira se disipa y me quedo sin palabras. Me mira entrecerrando los ojos y eso no puede significar nada bueno.

-A ti no te importo nada.

Pongo los ojos en blanco casi sin pretenderlo, enfadándola más.

-¿Quieres saber lo que vi o no? –digo finalmente, cansada de discutir.

Guarda silencio durante unos segundos, pensándoselo y finalmente asiente con la cabeza.

En algún momento de la discusión me había levantado, necesitaba alejarme de ella. Pero esta vez me acerco más y me siento frente a ella, mirándola directamente a los ojos.

-Al otro lado de la puerta, hay otro mundo Soul.

Me mira sin inmutarse, pero solo es una máscara, su mirada me invita a seguir.

-Cuando me marché era de noche, estaba muy oscuro al otro lado y creí que seguía estando en el bosque, pero no, era diferente. Lo supe al llegar al pueblo.

Hago una pausa para observar su expresión, que ha abandonado todo signo de hostilidad. Más tranquila y segura de mí misma, sigo hablando:

-Era Fowey, pero no era Fowey. Dios, suena ridículo. Pero es tan cierto como que estoy aquí, te lo juro Soul. El puerto, los campos, la plaza, todo estaba allí. Pero al mismo tiempo todo era distinto, estaba como, desmejorado, y no vi a nadie conocido.

-¿Cómo en otra vida? –pregunta cautelosa.

-Exacto. –sonrío vencida, suelto una enorme carcajada. El río vuelve a su cauce. La miro y ella esboza una ligera sonrisa. No podemos estar enfadadas durante mucho tiempo. –Es increíble.

-Lo sé. Nada tiene sentido. –me mira directamente a los ojos- Estas cosas no pasan. No aquí. No a nosotras.

-Pues está pasando Sou, está pasando, y es asombroso.

-Tenemos que hablar con mi padre, tiene que saberlo. –dice notablemente menos emocionada que yo, lo cual me desconcierta.

-No Soul, no podemos decírselo a nadie.

-¿Por qué no? Ya es real, nada va a hacer que desaparezca. –dice con un ligero asomo de dolor en su voz.

-Porque es la oportunidad que estábamos esperando.  –me pongo en pie- Para hacer algo, para encontrar a mi madre y averiguar por qué se fue. Y quizás hacer que vuelva. –pocas veces me he sincerado como en este momento, estás palabras vienen directamente del fondo de mi ser.

-Es la oportunidad que tú estabas esperando. –dice ella entrecerrando los ojos y marcando mucho la palabra tú.

-Tú, yo, nosotras, como sea. Es nuestro momento.

Tiene que entenderlo, tenemos que hacerlo, por mí, por Sam, por Ron. Por mamá. Encontrar esa llave era una señal, antes lo sospechaba, pero ahora estoy segura. Tenemos que averiguar de qué va todo este asunto.

-Vi entiéndeme, todo esto es muy difícil de asimilar.

-Lo sé, lo sé. Yo te entiendo. Te entiendo, pero tenemos que hacerlo. No lo comprenderás del todo hasta que lo veas con tus propios ojos.

-Entonces me temo que jamás lo entenderé. –dice incorporándose.

Soy consciente de que la miro con el rostro desencajado, pero no puedo hacer nada para remediarlo.

-Soul… -comienzo a decir.

-No pienso hacerlo ¿vale? –me interrumpe, su voz es firme.

-Necesito que vengas conmigo, te necesito. –también soy consciente de la desesperación que llevan mis palabras.

-¡NO PIENSO MORIR POR TI!

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⏰ Última actualización: Feb 27, 2014 ⏰

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