Capítulo 12

3 0 0
                                    

Las llaves no abren puertas en árboles, ¡qué se le va a hacer!

1 de diciembre de 1956

SOUL:

Tres meses, ¡llevaba tres meses viviendo mi vida de la manera más tranquila posible! Decirle a Vi que se tomara un descanso mientras su mano se curaba fue lo mejor que pude haber hecho. Y aunque tardó en hacerme caso, se vio obligada a reposar cuando intentó abrir la puerta de su casa con la llave.

Ahora, tras tres largos y maravillosos meses de tranquilidad, nos encuentro escapando de casa de Vi, camino a un claro que ni a mi padre ni a mí nos gusta, con una llave que encontramos en un cajón, a punto de abrir una puerta que hay en un árbol con la remota esperanza de encontrar a la madre desaparecida de Violet.

Sí, se ve que esta mañana he jugado bien mis cartas.

Caminamos a paso apurado, esquivando árboles y ramas, y alguna que otra ardilla, hacia una muerte casi segura. Bueno, puede que no una muerte… ¡aunque también puede que sí! Existe la remota posibilidad de encontrarnos con un asesino sanguinario.

Llegamos al claro. Caminamos hacia el centro y nos colocamos frente a las puertas, tres árboles con tres puertas, y solo una llave.

Nos acercamos lentamente, como si estuviera en una especie de sueño, todo parece borroso y distorsionado.

Violet me coge la mano, se alcanza la llave y se dispone a abrir el primer cerrojo, el del medio; acerca la llave lentamente a la cerradura, en lo más profundo de mi alma deseo que la llave no encaje con ninguna cerradura, y terminar ya con esta pantomima.

Premio, no encaja.

1 de 3, solo quedan dos.

Nos acercamos hacia la derecha. Seguimos cogidas de la mano. El mismo procedimiento.

Nada, no encaja. ¡Bien por mí!

2 de 3, solo queda una.

Aún cogidas de la mano, nos acercamos a la puerta de la izquierda. El mismo procedimiento.

Vi acerca la llave lentamente a la cerradura.

3 de 3. En mi rostro se dibuja una gran sonrisa.

En la cara de Violet se lee claramente su desilusión.

-Bueno, parece que tenía razón, las llaves no abren puertas en árboles, ¡qué se le va a hacer! Será mejor que nos vayamos, hoy toca spaguettí.

Hago el ademan de coger la llave, girándola ligeramente, cuando para mi sorpresa, la puerta se abre.

-Im-po-si-ble.

Mi boca se abre tanto que dentro podría aterrizar un avión, en cambio, Violet no expresa ningún tipo de felicidad, simplemente tiene cara expectante, y yo creo que también algo de miedo.

Me mira con sus enormes ojos verdes, como pidiendo mi aprobación para abrirla de todo. Ignorando mi mirada de súplica, separa lentamente la madera, y al otro lado…

Un claro en medio de un bosque en llamas.

Puede que me esperara algo más, una puerta en medio de un castillo antiguo, la puerta de entrada a la Antártida, y en el mejor de los casos, nada de nada, madera, más madera.

Una sonrisa comienza a crecer en el rostro de Violet, que mira embobada el bosque.

-Lo hemos encontrado, Sou, esto es justo lo que buscábamos.

-¿Ah sí?

-Sí, aquí es donde está mi madre.

Mil cosas atraviesan mi mente a toda velocidad, entre ellas un cartel luminoso que dice: “Peligro, peligro, no entrar, si está en llamas es por algo”.

-¡No Violet, ni se te ocurra entrar! Por dios, ¡está ardiendo! Moriríamos chamuscadas. Si tu madre está aquí, no le veo mucho futuro a esta operación –hablo atropelladamente y de manera nerviosa.

-Sou, si mi madre ha estado aquí, ha sido ya hace muchos años, ya está al otro lado del bosque; incluso puede que al otro lado del mundo –contesta con ojos soñadores, sin dejar de mirar el bosque.

-¡¿Pero quién te dice que hay ahí más mundo?! ¿¡Quién te dice que ahí no hay simplemente un bosque en llamas!? ¡Yo lo veo claro, cerramos la puerta y a otra cosa mariposa! –concluyo girándome y caminando hacia mi casa.

-¡Sou, espera!

Entonces me giro, y la miro con ojos expectantes.

-No puedo hacer esto sin ti.

-Violet, por el amor de Dios, si entramos ahí, no saldremos vivas para contarlo.

-Sou, se trata de mi madre.

-Vi, si tu madre está ahí está muera, y nosotras lo estaremos también si entramos.

Se gira y mira de nuevo el interior del árbol, como haciendo un debate mental.

-Está bien, vámonos, no queremos más pérdidas de las que ya ha habido.

Y tranquilamente, emprendemos el viaje de vuelta a casa.

No sé cómo es posible que una llave pérdida que encontramos pueda abrir la puerta de un árbol, tampoco sé cómo puede haber una puerta en un árbol, y mucho menos como dentro de ese árbol puede haber un bosque en llamas; lo único que sé es que si Violet ha accedido a venir conmigo, es con la promesa de volver. 

Time: PasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora