Dear, Angel [BORRADOR]

Capítulo Doce.

Es raro volver a ver a esas personas caminar en los pasillos. Es raro ver a profesores. Es raro volver.

Con Vee a mi lado, caminamos por los pasillos, mezclándonos con las demás personas, tratando de llegar a nuestros respectivos casilleros. Me siento algo mal humorada al volver, lo único que quería era no salir de mi cama y dormir todo el día, ya que en estas últimas semanas, eso era algo muy raro de mí.

Can desgana, camino hacia mi casillero y lo abro, guardando algunos libros y sacando el cuaderno. Estoy a instantes de poner mi cabeza adentro del casillero y cerrar la puerta de él. Enserio que no quiero estar aquí.

Cuando cierro la puerta de mi casillero, me doy la vuelta encontrándome con la mirada de Jules. Es raro verlo aquí, más cuando yo se algo de él y creo que él sabe. Me alza una ceja, me repasa con la mirada y se va.

Okay, este día es muy raro.

Cuando el timbre suena, Vee me encuentra y vamos a clases juntas.

Salgo del edificio, y Patch entra en mi campo de visión. Lleva lo de siempre. Jeans desgastados negros y una camiseta gris, que traspasa un poco y se ve un poco de su estructura. Sonrió.

No sé lo que somos o si somos algo, pero me gusta esto. Sea lo que sea.

—No sabía que me ibas a esperar—digo una vez que llego donde él. Patch se alza de hombros, para luego besar mi mejilla, muy cerca de mis labios. Me estremezco.

—Decidí hacerlo.

Coge mi maleta y la pone en el asiento de atrás, mientras me subo al auto. Patch una vez que entra, enciende el motor y se aleja del colegio.

—Qué bueno que ya es mi último año—digo, recostando mi cabeza en el vidrio.

Patch se ríe pero no dice nada. Regreso a verlo, está muy concentrado en las calles. Arrugo la frente y luego me concentro que esto no es el camino a mi casa.

— ¿A dónde vamos? —pregunto, poniéndome más recta en la silla.

—Tenemos asuntos pendientes. Contacte a tu papá—lo miro y aprieto mis manos.

— ¿Sin consultarme primero? —pregunto. Siento mis orejas calientes.

—Sabía que me negarías. Tenemos que hacer esto, Ángel, es la única manera de acabar esto.

—No estoy lista para verlo. Nos dejó. Ahora tiene una familia, seguramente soy un estorbo para él.

—Es tu Papá, nunca serás un estorbo. Todo va a salir bien. ¿Sí? —dice viéndome de reojo. Asiento, porque sé que cuando Patch tiene una idea en la cabeza, es imposible sacarla.

Dejo que nos guie a donde sea que vamos a ir. Confió en Patch, pero esto puede llevarnos a una trampa, puede que Papá sea el que haya puesto esa trampa.

Muerdo la uña de mi dedo pulgar, mientras veo como nos vamos alejando del pueblo y vamos directo a los bosques. Trago saliva.

— ¿No me vas a llevar a un lugar alejado para matarme no? —pregunto en broma para aliviar mis nervios.

—Si quisiera matarte, te mataría de formas más... ya sabes, más placenteras— Dice moviendo sus cejas de arriba abajo mirándome. Abro mis ojos y me sonrojo.

Él no acaba de decir eso.

No.

Me río algo nerviosa y golpeo su hombro, haciendo que él estalle en carcajadas. Siento mi rostro aun rojo. Seguramente parezco un tomate. Pero no me pueden culpar cuando él chico que te gusta te dice algo así, ¿no?