Dear, Angel [BORRADOR]

Capítulo Veinticinco

Lo primero que mis ojos vieron fueron paredes blancas acompañado de una cama en donde alguien o más bien Patch descansaba. Mientras más me acercaba, podía ver mejor en qué condiciones estaba.

Note que sus manos tenían cicatrices al igual que en su mejilla izquierda, al menos no se nota mucho. No sé cómo estará el resto de su cuerpo. Sus labios siguen teniendo su color y parece estar en estado pacifico.

Arrastre la silla que estaba al lado de él y me senté. Cuando quise tocar su mano, mi teléfono sonó. Suspire con cansancio y lo saque de mi bolsillo. Era mamá otra vez. Decido contestar.

— ¿Nora? —sonreí un poco.

—Estoy bien mamá.

— ¿Por qué te fuiste sin avisar, cariño? Me preocupaste mucho.

—No me hubieras dejado ir—se queda en silencio— ¿Tu sabias de esto? —no puedo contenerme.

—No quería que te lastimaran más. Quería hacer una nueva vida en Londres.

—No estoy enojada. Solo que siento que fui la última en saber—le digo con voz suave, porque siento que si grito despertare a Patch, aunque sé que no puedo.

—Bueno, ahora lo sabes. ¿Ya estás en el hospital? —miro a Patch y caigo en cuenta que puede que nunca más pueda ver sus ojos. O sus sonrisas, sus risas y sus cálidas palabras. De repente me veo aguantando las lágrimas mientras mi labio inferior tiembla.

Trato de aclarar mi garganta para sonar lo más normal posible.

—S-sí, ya estoy aquí—cierro mis ojos y sacudo levemente mi cabeza.

— ¿Ya estas con Patch?

—Sí, estoy con él.

—Me alegro. Te dejo entonces. Llámame cuando te vayas.

—Okay.

Cuando cuelgo, guardo mi teléfono. Y me apresuro a topar su mano, que esta fría, la pongo en mi boca y trato de calentarla, también la beso.

—Hola—le digo, sintiéndome rara—Despierta pronto ¿sí? Te lo pido. Todos aquí te extrañan. Yo te extraño. Aquí estoy, vamos Patch, podemos tener un final feliz, yo sé que sí. T-te amo.

No puedo creer que la primera vez que le diga eso, sea él en coma, y que pueda que no me esté escuchando. Es muy cierto el dicho que dice "No sabes lo que pierdes hasta que lo haces" o algo así era.

Recuesto mi cabeza sobre su mano. Siento topar las sabanas de la cama y cierro mis ojos, tratando de descansar. Aprieto su mano, sabiendo que está aquí, de alguna manera lo está.

Muy tarde me doy cuenta que me estoy quedando dormida.

El monitor a mi lado empieza a sonar, haciendo que levante mi cabeza. Los dedos de Pach empiezan a moverse y su respiración se hace rápida, me incorporo rápidamente y lo veo, sus ojos están abiertos y mira desorientado todo. Me levanto y toco su mejilla, donde está la cicatriz, Patch me mira y siento que todo alrededor se congela.

De repente todo se hace oscuro, Patch desaparece y en vez aparece Elliot con una pistola.

— ¿Crees que vas a tener un final feliz? —su pistola me apunta. Entonces escucho la voz de Patch.

—Suelta la pistola—busco su voz pero no la encuentro, miro de nuevo a Elliot, quien tiene el dedo en el gatillo.

—Hasta luego, Nora.

Y entonces jala el gatillo.

Grito y abro mis ojos. Parpadeo y miro a Patch, quien está en la cama, como estaba. Busco a Elliot, pero no hay nadie. Toco el lugar donde me disparo, y no siento nada, no hay sangre y entonces caigo en cuenta que estaba soñando.