Epílogo.

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    3 meses después.

— ¡Patch, Devuélveme eso! —su mano se eleva más cuando yo me paro en puntas. Bufo molesta por ser pequeña. Ha comparado de él, soy un duende a su lado.

—No, Ángel. Creo que me quedare con esto.

Oh no... él no se ganará esta vez.

—Esto podría considerarse robo—pongo mis manos en mi cintura. Él imita mi pose. Aprovecho y trato de agarrar esa carta, pero él es más rápido y lo vuelve a subir.

— ¿Por qué no mejor la leo otra vez? —pide alzando una ceja.

— ¡No! Es demasiado vergonzoso.

Patch se aclara la garganta y ciento ya mis mejillas calentarse. Me tapo el rostro con mis dos manos.

—"Querido Patch: Recibí tu carta, se supone que solo la leería si tu bueno... ya no estarías aquí, la cosa es que, sentí la necesidad de responderte, aunque sé que no la leerás nunca"—hace una pausa—Bueno Ángel, la estoy leyendo.

—Deja de leer. Vas a hacer que me ponga muy roja.

Él ríe, no se apiada de mí porque sigue con la lectura.

—"Creí que seriamos felices. Que tendríamos un final feliz. Donde te diría él te amo por primera vez. Nuestras primeras veces juntos. Ahora que no estas, siento un vacío en mi corazón. Como si algo faltase, eso eres tú"

Salto un poco, queriendo quitarle la carta. Él me mira.

— ¿Por qué eres así? —digo.

Ash, tenía que haber guardado mejor la carta. ¿Cómo iba a saber que él la encontraría? Tiene una vista impresionante, porque incluso yo me había olvidado de donde lo había puesto.

—Ángel, esto de verdad es tierno.

— ¡No! Es vergonzoso, se supone que nunca lo leerías.

—O sea si me hubiera muerto dirías todo esto. Pero estoy vivo y no me dices lo que estaba ahí.

—Es porque ya nos dijimos te amo. Ya no es por primera vez.

—Podemos fingir que no.

Lo quedo viendo con la boca abierta.

— ¿Por qué estás haciendo esto? —se alza de hombros.

— ¿Por qué no hacerlo? —dice él.

—No sería lo mismo. Ya sé cómo te sientes por mí y tú sabes cómo me siento por ti.

—Mata pasiones.

— ¿Qué me dijiste? —digo sorprendida. Le empieza a crecer una sonrisa traviesa.

—Ya me escuchaste.

Creo que él sabía mis intenciones, porque desde ya empezó a correr al otro lado de la habitación.

No sé si sentirme ofendida por eso o solo reírme con él.

—Estás jugando con fuego, Patch.

—Entonces, quiero quemarme.

Agarro un cojín de mi habitación y se lo lanzo, golpea contra su abdomen y me regresa con más fuerza, golpeando mi rostro, haciendo que algunos mechones se salgan de mi coleta.

— ¡Suelta la carta! —digo, caminando lentamente donde él.

—Te amo—dice. Respiro profundo.

—Lo sé.

El alza una ceja, mientras sigo acercándome.

—Ah lo siento, señorita modestia.

Dear, Angel [BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora