Dear, Angel [BORRADOR]

Capítulo Veintiséis.

— ¿Patch? —digo mientras miro la maquina sonar.

Enseguida enfermeras ingresan a la habitación. Una me empuja hacia afuera y cierran la puerta en mi rostro. Siento mi corazón yendo demasiado rápido. ¿Qué fue eso? ¿Despertó?

— ¿Nora? ¿Qué paso? —no puedo dejar de ver la puerta. Vee se acerca dónde estoy y me toca el hombro.

Estoy paralizada. No sé qué hacer. Todo es muy confuso.

— ¿Nora? —Vee sacude mi hombro, haciendo que salga de mi trance. La regreso a ver y puedo ver confusión en mi mirada

Entonces escucho pisadas aceleradas hacía acá. Cuando veo el pasillo nada sucede, entonces un grito acompañado con un dolor agudo en la parte de abajo de mi cabeza, hacen que caiga al piso y antes de que cierre mis ojos, veo a Vee siendo arrastrada por alguien y entonces alguien también me arrastra a mí. No podía luchar, y cerré los ojos.

Agh, tengo un dolor de cabeza horrible. Trato de moverme pero entonces, caigo en cuenta que mis manos están atadas a una silla, y cuando realizo la situación, tengo cinta adhesiva en mi boca que no me deja hablar. Escucho sollozos a mi lado, y cuando regreso a ver, es Vee en la misma situación que yo, está llorando.

Trato de hablar pero no puedo. Trato de moverme pero lo único que logro es lastimar más mis muñecas.

Todo está oscuro, como en las típicas películas de terror. Pero la diferencia es que esta es la vida real.

Sé que Elliot tuvo algo que ver en esto. Lo sé, no es coincidencia que justo cuando Elliot escapo yo y Vee fuimos arrastradas.

—L-lo siento—Vee habla, al parecer ella no tiene un trapo en la boca—Lo siento otra vez por no haberte dicho lo de Patch.

Quiero hablar, que estrés es esto.

Justo, unas pisadas se hacen presentes y luego tengo al frente mío a Elliot, y dos hombres atrás de él. No veo a Jules. Uno se aproxima y me quita la cinta adhesiva de la boca, haciendo que haga una mueca de dolor.

Vee deja de sollozar pero sé que se está aguantando.

—Ah. Que bien se siente esto. Que horrible fue fingir estar arrepentido. Ya necesitaba esto.

—Imbécil—le digo. No estoy con fuerzas para pelear.

—Escuche que Patch despertó—mi corazón empezó a latir de una manera horrible.

—Te acercas a él y veras lo que pasa—digo, sé que no suena a una amenaza miedosa.

—Él dijo lo mismo y mira donde quedó—respiro lento, tratando de tranquilizarme.

— ¡Ya basta! —Grito—Púdrete Elliot—digo más segura— ¿Dónde está tu segunda mano? ¿A ese que lo llamabas Jules?

—Ese es no tu asunto—dice Elliot tranquilo.

—Él fue a visitarme en Londres. Raro ¿no? —sé que lo estoy provocando. En la manera que juega con sus manos y su respiración es irregular—Al parecer ya nadie quiere estar de tu lado. Tratas mal incluso a la única persona que te quería. Eso es... es sorpréndete Elliot. Me pregunto cuanto tiempo van a durar esos dos—señalo con mi cabeza a los dos señores que están detrás de Elliot.

Elliot se acerca a mí y golpea su palma de su mano con mi mejilla haciendo un golpe seco, escucho el grito de Vee. Cierro mis ojos y trato de aguantar las lágrimas. Él nunca me ha tocado así. Ni siquiera cuando dejamos de hablarnos. Nunca me ha levantado la mano, incluso cuando él era ya el malo. Algo dentro de mí se rompe un poco. Elliot perdió su humanidad hace mucho y yo fui la tonta al darme cuenta de eso.