Guerra de gemelos

Capítulo 9: "La fiesta de los Whitley"

-¿Trinity?-Grito desde afuera del baño, comienzo a golpear la puerta frenéticamente, pero no me abre.

Hace diez minutos llegamos, apenas entramos Shay se fue con un chico rubio, Lauri con Leopold y Joshua, y yo con un chico morocho de ojos celestes que estaba para el crimen. Pero entonces vi a Trinity llorando, así que la seguí hasta el baño y dejé solo al pobre chico playboy. Qué buena hermana.

Seguí golpeando la puta puerta con mis puños, pero nunca abrió.

-De echo, lo único que tienes que hacer es girar el picaporte.-Escuché como alguien me susurraba al oído y rápidamente me tensé, sí, era Ryan. El maldito chico estaba por todos lados. ¡Todos! Literal.

Apoyé mi mano en el picaporte y lo giré, y... ¡Bingo! ¡Se abrió! Miré boquiabierta a Ryan.

-Es cuestión de usar el cerebr...Ah, cierto, no tienes.-Dijo apenado, para luego dejarme con la palabra en la boca e irse con una rubia de pechos...bueno, mejor dicho globos gigantes, me puse a pensar en Annette... ¿Dónde está? ¿No le dice nada si se acuesta con la de globos prominentes? Antes de poder seguir pensando recordé a Trinity, entré lentamente al baño, cerré la puerta detrás de mí y la trabé.

-Trinity... ¿Qué sucede?-Le pregunté acercándome a su lado. Era un baño bastante amplio, con una ducha, un inodoro, un lavabo en una mesada muy grande y un espejo que abarcaba toda una pared, síp, así de grande.

Trinity estaba sentada en una esquina, con su cabeza sobre sus brazos, sus hombros se sacudían cada pocos segundos, y escuchaba como sorbía por la nariz. Llevaba puesto un vestido muy parecido al mío, solo que era negro opaco y no tenía brillos, y bueno, era un poco distinto el modelo. Luego tenía unos tacones blancos de unos cinco centímetros, brazaletes blancos y dorados, una cadena dorada, y el cabello ondulado y despeinado. Me senté al lado de ella y la abracé, entonces comenzó a sollozar.

Unos momentos después lo único que se escuchaba era la música, entonces Trinity levantó su cabeza lentamente. Tenía toda la máscara esparcida por sus mejillas, los ojos hinchados y la nariz un poco roja.

-Lo siento.-Susurró. La miré bastante sorprendida, yo podría ser muy orgullosa, pero ella también, y era bastante raro que me pida disculpas primero.

-También yo...-Musité. Ella sonrió tristemente y me abrazó, le devolví el abrazo y suspiré.-Ahora me puedes decir... ¿Qué sucedió?-La alejé cautelosamente.

-Bien...-Susurró mientras se pasaba las manos por la cara.-Todo empezó...empezó cuando...bueno, cuando hicimos el cambiazo. Yo por tí, tú por mí, Caitlin el primer día se enteró de que ellos estaban haciendo lo mismo porque los escuchó hablando, y esto te puede parecer un poco...raro...pero a Caitlin le gusta Ryan desde hace mucho, y piensa que entre ustedes dos pasa algo, entonces ella quería que tú pienses que el que te caía bien era Chase, no Ryan, y lo mismo con ellos. No sé si me estoy expresando bien de todas formas...-Explicó.

Entonces... ¿Caitlin enamorada de Ryan? ¿Ryan y...yo? ¿Algo? ¿Amor? ¿Quién es la buena persona que me traerá un balde para no vomitar en el piso? Es decir que...ella lo sabía desde el principio, pero no quería que yo pensara que Ryan me caía bien porque terminaríamos juntos...o algo por el estilo.

-¿Y por qué a ti te lo contó?-Pregunté intrigada.

-Bueno, ella dice que haría buena pareja con Chase, y le pareció bien que yo lo supiera, así podíamos...no lo sé, empezar a hablar más "profundamente" para entablar relación con él. Yo le dije que no quería nada con él, pero ella hizo caso omiso a mi comentario y siguió hablando como si fueramos una pareja.-Dijo encogiéndose de hombros.-Y ahora estoy llorando porque...Caitlin estaba hablando mal de mí con Kelsey. Caitlin me está usando, ella quiere usarme para que yo le pida a Chase una cita doble, yo con él y Caitlin con Ryan. Además comenzaron a hablar sobre lo idiota que era...-Y se largó a llorar de nuevo.