Capítulo 16: "¿Venganza?"

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ADELINE POV

-Podría vivir a base de tus besos...-me susurró Ryan contra mis labios, para luego estamparlos contra los míos. Honestamente, me estaba derritiendo por su comentario, y derritiéndome por la manera en que me tocaba y me hacía sentir. Ryan comenzó a profundizar el beso cuando se abrió la puerta, ¿Cómo mierda se había abierto? Cuando me di vuelta vi que la silla estaba tirada en el piso y que allí se encontraba el guardia, ¿Era Mr. Músculo o qué?

No sé si habrá sido cosa de mis nervios, o... por lo confundida que estaba por aquella situación, pero cuando vi al guardia gordinflón en el umbral de la puerta, pegué un grito y comencé a sollozar, empujé a Ryan con todas mis fuerzas para luego salir corriendo al lado del guardia.

Ryan y yo nos odiábamos. Eso estaba muy claro, ¿No? Nada de esto debería haber pasado, todo se nos había ido de las manos, y no podía volver a pasar, antes de tener sentimientos hacia ese egocéntrico, arrogante, molesto, odioso, morboso, y otros adjetivos negativos, prefiero rebanarme los pechos. (Obviamente que se permite tener sentimiento de odio hacia Ryan).

En parte, todo había salido perfectamente, él pensaría que esta era la venganza (Y qué buena venganza...) y listo, aquí nada había pasado. Nunca sospecharía que nada de esto estaba planeado y que fue su culpa que me dejara llevar tanto por sus encantos.

-¿Qué está sucediendo aquí? -preguntó con una voz autoritaria el guardia a través de la luz azul oscura.

-Él... él... intentó... -dije temblando, y luego me tapé la cara con las dos manos. El guardia me dio unos golpecitos en la espalda un poco incómodo.

-Ve rápidamente hacia la dirección, estaré allí pronto... -me anunció el guardia mirando a Ryan acusadoramente.

En realidad aquello de temblar me había salido bastante real, o mejor dicho era real, porque lo que los ojos de Ryan me reflejaron en el momento que cayó en la cuenta de que lo estaba acusando de intentar violarme, fue mortal. Lo primero que había notado en su mirada fue la sorpresa, confusión, nervios, vulnerabilidad, tristeza, traición, y luego ira, frialdad, inexpresividad y odio. La mirada cargada de odio que me había enviado me daba miedo.

-De hecho, quiero hablar un minuto con usted... -le musité al guardia. Sí, me arrepentía. Él miró de Ryan a mí y luego me hizo un gesto con la cabeza indicándome que hablaríamos afuera. Lo seguí sintiendo la mirada clavada de Ryan en mi espalda. Si las miradas mataran habría muerto, resucitado, y muerto de nuevo.

-¿Qué sucede? ¿Estás bien? ¿Logró hacerte daño? -me preguntó buscando alguna imperfección en mi cuerpo. Me sequé las lágrimas fingidas y sonreí débilmente. ¿Cómo mierda iba a ponerle algo de... azúcar al asunto?

-No, no logró hacer nada, estoy bien. De todos modos... yo fui la que lo provocó primero, así que intente ser un poco considerado, a fin de cuentas nada habría pasado si no fuera por mí... gracias por entrar y salvarme, no sé que habría pasado si... -sorbí por la nariz. -solo... gracias. Iré a anunciarle a una autoridad lo ocurrido.

Luego de eso, me fui casi corriendo a la habitación de los gemelos, toqué como diez veces la puerta.

-¿Chase? ¿Estás ahí? -pregunté mientras seguía golpeando. De repente salió Chase en bóxers y con el cabello todo desordenado. No me pude no detener a mirarle el cuerpo, bueno, estaba tan bueno como su hermano.

-¿Quieres tomarme una foto para que puedas admirar mi cuerpo todo el tiempo que quieras? -me preguntó sonriendo de lado, pero obviamente no era aquella sonrisa arrogante de Ryan. Le pegué en el hombro juguetonamente, y de repente recordé lo que había venido a hacer.

Guerra de gemelosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora