Capítulo 31: "Antes de que sueltes al león..."

548K 26K 5.6K
                                    

RYAN POV

-Addy, ¿Quieres ver...? –comenzó a preguntarle Teo a Addy, pero su voz se fue apagando. Su mirada cambió de Addy hacia mi celular. –¿Él te envió un mensaje? –me preguntó Teo con los ojos abiertos como platos.

Miré a Chase, él y Trinity habían dejado de discutir por el mensaje de Angie, y miraban la situación cautelosamente. Luego estaba Addy, ella tenía los labios apretados en una línea y me miraba expectante.

-Err… sí… me preguntó cómo estaba todo, nada más –le dije quitándole importancia y sonriendo forzadamente. Teo me miró asombrado y luego frunció el ceño como nunca.

-¿Nada más? ¿Eso te parece poco? –me preguntó como si tuviera algún retraso mental.

El problema allí era que como mi padre nunca llamaba a Teo o lo pasaba a buscar para ver cómo estaba, con la madre de Mateo, Kika, y Chase, decidimos mentirle y decirle que papá tampoco nos llamaba a nosotros, solo para que no se sintiera mal. Mentir (sin importar las buenas o malas razones por las cuales mentirías) siempre termina mal. Clases de psicología con Ryan Whitley.

-…Según ustedes y mamá, él nunca llama, ni manda mensajes, sólo en mi cumpleaños me manda saludos, y a través de ustedes… –siguió diciendo evidentemente enojado, y de repente, algo se acomodó en su cerebro y casi que se pudo escuchar el “Clic”. –Él me enviaba saludos a través de ustedes… ustedes… ustedes tenían contacto con él –dijo mientras abría su boca en asombro.

Pasé mi mano por mi cabello frustrado, y me aclaré la garganta, pero antes de que pueda hablar, Chase me interrumpió.

-Seguimos teniendo contacto con él, no el contacto de padre e hijo normal, y no es que a nosotros nos llama porque nos quiere más que a ti o algo por el estilo… –comenzó a decir Chase mientras se acercaba a Teo, sus pasos se hacían más vacilantes a medida que se acercaba a él.

-¡Ni siquiera me quiere! ¡No me conoce! ¡No sabe mi nombre! ¡Obviamente los quiere más que a mí! –lo interrumpió Teo, su voz quebrándose al final, aunque ninguna lágrima había desbordado todavía, por suerte. – ¡Ustedes me mintieron! ¡Son como él!

-Teo, compañero, tranquilo, deja que tus hermanos te expliquen… –lo calmó Ricky palmeándole la espalda.

Ahora Teo se encontraba rodeado por Chase, Ricky y yo, mientras que las chicas estaban un poco alejadas, pero todavía prestando atención por si había que intervenir.

-Teo, él nos llama únicamente para arreglar cosas de dinero, de ti, y de nuestras obligaciones, ¿Recuerdas cuando nosotros veníamos y te contábamos acerca de dos chicas insoportables, Angie y Ann? Bueno, nuestros padres nos hacían estar con ellas por conveniencia, o sino no nos pasaban dinero, y si nosotros no teníamos dinero, no podíamos… –comencé a explicarle, ya que todos habían optado por ir con la verdad.

-Todo este tiempo… él… ustedes… ¡Todos me han engañado! Apuesto a que tú también Ricky, y ellas, y mamá… y todos sabían, menos yo –gritó Teo, ahora sí, las lágrimas caían por sus mejillas. Sus palabras intentaban ser duras, pero él no podía contener las lágrimas de frustración, y eso hizo crecer mi culpabilidad. Me sentía todavía más culpable que cuando habíamos tirado a las gemelas por la ventana a un basurero en toalla.

Qué momentos.

Chase estaba por responderle algo, pero Mateo salió corriendo de la mini-ronda, y subió las escaleras rápidamente. Obviamente, todos nos pusimos de pie para seguirlo, pero a mitad de éstas, él se detuvo y nos miró decepcionado.

-Y ninguno de ustedes tres se atreva a subir ahora mismo, ni porque mamá esté llamando –nos dijo con un temblor en la voz, y luego siguió subiendo las escaleras rápidamente.

Guerra de gemelosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora