RYAN POV
-Adeline… también… te quiero –le susurré contra sus labios, luego la pegué todavía más a mí, y la besé.
Addy se quedó tiesa durante unos segundos, tal vez procesando mis palabras, hasta que de repente me agarró del cuello y me respondió al beso ferozmente.
Alguien comenzó a toser, pero obviamente lo ignoramos. Cualquier pensamiento racional estaba fuera de mi alcance, como siempre me pasaba que besaba a Adeline. Pasé mis manos por su espalda y sus hombros descubiertos, hasta que el que tosía parecía que se iba a ahogar. Me alejé un poco de Adeline a regañadientes para ver qué mierda estaba pasando, ésta se quejó, así que le di un beso corto y le sonreí de lado.
De nuevo alguien comenzó a toser. Cierto, para algo me había separado de ella.
Al lado nuestro estaba Dan.
-Ya es la segunda vez que nos interrumpes, mas te vale que sea importante lo que vienes a decir –le ladré. Miré a Addy, ella lo miró y sonrió, luego le dio un beso en la mejilla y se lanzó a darle un abrazo rápido, así que antes de que se tocaran más de la cuenta, la cogí de la cintura y pegué su espalda contra mi pecho.
Adeline rió entre dientes e intentó separarse, por lo que pasé mis brazos por su cintura, abrazándola.
-Ryan, deja de abrazarme por detrás como si… estuviéramos casados, o no sé –me siseó. Obviamente omití su comentario y le presté atención al incómodo de Dan, que no sabía dónde meterse.
-Bueno… hey, hola chicos… -nos saludó mirando de Addy a mí.
-Hola, Dan, ¿Viniste con tu hermana? –le preguntó Adeline. Comencé a zarandear a Addy al ritmo de la música, de un lado para el otro. –Si no me dejas de balancear en este mismo instante juro hacerte tragar todo tipo de productos químicos para limpieza –me susurró. Rodé los ojos y no la “balanceé” más. Aburrida. Ejem.
-Seh, apenas entramos se separó de mí, es como si… –comenzaron a hablar de cosas banales, ¿Por qué mierda no se iba a buscar a la puta hermana y nos dejaba tranquilos? Corrí el cabello de Adeline de su cuello y comencé a dejarle besos en la nuca, sentí cómo Adeline se estremecía y me reí entre dientes.
-Bueno… los dejaré tranquilos para que, ya saben, prosigan… iré a ver qué está haciendo Mindy –le dijo a Adeline con una sonrisa y un guiño. UN GUIÑO. UN GUIÑO.
¿QUIÉN SE CREÍA QUE ERA PARA GUIÑARLE? SI TANTO LE GUSTABA GUIÑAR, ROMPERÉ SU OJO PARA QUE QUEDE CERRADO HASTA QUE MUERA.
Dan dio medio vuelta y se perdió entre la gente, así que giré a Adeline en mis brazos y comencé a besarle el cuello.
-Ryan, ¿Acaso no escuchaste lo que dijo? –me preguntó alejándome.
-¿Acaso alguna vez dijo algo que me pueda importar? –le pregunté cruzándome de brazos. Addy rodó los ojos.
-Mindy. Es. Su. Hermana. Mindy. Dan. Hermanos. Mindy. Está. Aquí. Avisar. A. Chase –dijo seriamente.
-¡¿Mindy?! ¿Y qué mierda haces parada aquí? Muévete, mujer –le dije alarmado empujándola a un lado. Di dos pasos y luego reconsideré lo que acababa de hacer.
-Lo siento, preciosa, fueron los nervios –agarré a Adeline de la cintura y le di un beso en la coronilla.
-¡Deja de perder tiempo! ¡Vamos de una vez, estúpido! –me gritó sobre la música.
Y luego salimos corriendo en busca de Chase.
“Correr”= Caminar rápido con una Adeline y un Ryan tambaleantes por el alcohol.
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Guerra de gemelos
Teen FictionLos padres de las gemelas Trinity y Adeline, cansados de sus travesuras, las envían a un internado de New Orleans. Ellas piensan que todo se volvería aburrido y perfecto, hasta que conocen a los gemelos Whitley... Mujeriegos, arrogantes, odiosos, in...