Capítulo 20: "Dan de Disney"

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RYAN POV

-¿Trinity o Adeline Pierce? –preguntó una voz masculina. ¿Quién fue el arruinador de momentos, adorador de Satanás que interrumpió nuestro beso?

Adeline se levantó rápidamente, yo agarré el peluche y metí los tickets en el bolsillo de mi campera, luego me reincorporé. Me sentía como un niño fracasado que había estado a punto de perder su virginidad, pero su madre entró a la habitación y nada sucedió.

Miré de Adeline al intruso, ¿Quién mierda era ese chico? Lo único que se escuchaba era la canción molesta que pasaban por los altavoces, los gritos, ruidos de jueguitos, y las respiraciones erráticas de Addy y mías. Bueno, tal vez eran muchos ruidos…

Miré de arriba abajo al intruso. No se veía mucho porque estábamos en una zona donde no se debía estar, y estaba bastante oscuro, pero pude ver que el muchacho era un poco más bajo que yo, cabello chocolate, ojos claros, y parecía fuerte, bueno, todo esto sin compararlo conmigo, claro, porque al lado mío cualquier hombre es feo y normal, se lo pueden preguntar a la abuela Betty, ella les confirmará que soy el niño más ardiente y especial del mundo entero.

-¿Dan? Soy Adeline –Dijo Addy asombrada luego de unos segundos. El intru…Dan, se rió entre dientes y se acercó a Adeline para saludarla, en ese momento tenía bastantes ganas de ponerme en el medio y sacarlo volando de un empujón.

No, claro que no estaba celoso, es que, ¿Y si era un asesino? Soy el responsable de haberla traído a Adeline aquí, y no quiero sentirme culpable el resto de mi vida cuando el hombre la asesine. Pero no me metí entre ellos, solo me puse un poco más lejos para que hagan esa cosa del reencuentro de amigos que no se ven hace diez años.

Se dieron un abrazo rápido y Adeline sonrió de oreja a oreja.

-¿Qué mierda haces aquí? –preguntó Adeline, alias: Addy la princesa delicada y nunca grosera. Dan se rió entre dientes y sacudió la cabeza.

-Es una larga historia, pero lo importante es que estaré aquí por un largo rato –comentó Dan con una sonrisa que por supuesto, se la rompería de una piña con mucho gusto.

-¿Aquí, en Nueva Orleans? –preguntó Adeline quedando boquiabierta. Sí, idiota, aquí en Nueva Orleans, ¿Qué no escuchaste a tu amiguito decirlo?

-Sep, me imagino que tú también vives aquí, ¿No? –preguntó Dan. –Espera, tenemos que ponernos al día con muchísimas cosas, te invito un café, ¿Te parece? –dijo apresuradamente Dan.

-Me parece genial –respondió Adeline.

-A mi también, chicos, ¡Yo invito! –dije con entusiasmo exagerado, poniéndome al lado de Adeline para que los dos me tengan en cuenta.

¿Qué? ¡Me estaban excluyendo! ¡Hacía dos minutos tenía a Adeline arriba mío y ahora se estaba yendo con otro! Los dos giraron sus cabezas y me vieron. Adeline contuvo la risa y miró hacia otro lado, mientras que Dan me miró confundido.

-Uh, lo siento amigo, no era mi intención arruinarles el momento… -dijo un poco vacilante –Mi nombre es Dan –se presentó con una sonrisa mientras extendía su mano. Se la sacudí una vez y volví a guardar la mano en mi bolsillo.

-Ryan –asentí.

-Ven con nosotros a tomar un café, de paso podremos conocernos –me ofreció sonriendo de lado.

-Diría que me encantaría, pero no estaría siendo sincero. Estaré por allí, Adeline, cuando termines me envías un mensaje y te vamos a buscar con los chicos –dije fríamente. Adeline frunció el ceño y cuando abrió la boca para decir algo como “Quédate, Ryan, hazme tuya”, me di la vuelta y me perdí entre el gentío. Me molestaba tanto que ese Dan estuviera arruinando nuestra cit…noche de amigos.

Guerra de gemelosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora