De lo primero que fue consciente Aiedail, fue una suave manta que le cubría hasta los hombros, a pesar de que solo la sentía sobre las piernas.
Parpadeó, fijando la mirada en el altísimo techo de piedra labrada. Sentir la sábana sobre las piernas solo era la confirmación de lo que ella ya suponía: que el hechizo de su maestro había salido a la perfección, reconstruyendo hueso, tejidos, músculos, piel, venas y nervios. De nuevo, le debía algo casi tan valioso que la vida a su maestro. Suspiró y cerró los ojos.
¡AIEDAIL!
El grito mental que resonó en su conciencia vino acompañado de un rugido tan ensordecedor que hizo temblar la intrincada lámpara de araña que colgaba del techo.
Una enorme sonrisa jubilosa nació en su rostro, tan enorme que le dividió en la cara en dos. Una sonrisa como hacía tiempo que no lucía.
- ¡RAAULUM!
Gritó tanto con la mente como con la voz, y apartó las sábanas de encaje blanco de un manotazo. Como respuesta, oyó el rugido de su dragón. Se levantó de un salto y sin dejar que el suelo helado la paralizara al contactar con sus pies desnudos. Abrió la puerta de sopetón y salió corriendo por el pasillo, en dirección a la puerta, hacia su dragón.
Sus piernas le respondían como si nunca hubieran estado heridas.
Mientras corría como alma que lleva al diablo, bajó totalmente las barreras de su mente, sin importarle el riesgo que eso conllevaba. La mente de Raaulum se abalanzó sobre ella irradiando ansiedad y júbilo. Sus conciencias se tocaron, se abrazaron, se fundieron la una con la otra hasta que se volvieron una por un instante, antes de volver a separarse y formar dos mentes independientes, aunque dejaron restos en la mente del otro. El contacto fue tan intenso que Aiedail trastabilló en el pasillo.
Llegó a la puerta de la Montaña, tapiada de nuevo. Sentía a su dragón al otro lado, además, lo oía dar golpes contra la pared de roca.
Apartate, pequeñaja, voy a tirar abajo la pared.
¿Podrás? Te noto cansado, ¿cuánto tiempo llevas sin dormir?- el dragón no contestó, pero no fue lo bastante rápido como para ocultarle esa información: los tres días de vuelo desesperado hasta allí, más los tres días en los que la preocupación por ella no le había dejado dormir... hacían seis días en los que su dragón ni dormía, ni comía.
Aún cansado, podría derribar mil montañas como esta. ¡Y más si estos estúpidos pedruscos me separan de ti!
Su dragón rugió con fuerza al otro lado y ella se apartó con una sonrisa. Puede que en otras circunstancias le replicara más, pero no podía esperar más por verle. De hecho, su mente pronto empezó a formular un hechizo para apartar las rocas y acelerar la tarea. Abrió los labios, pero antes de poder pronunciar la primera palabra, una voz que conocía tan bien como la de Raaulum penetró en sus oídos:
- Ni se te ocurra, Aiedail.
Ella se giró con un respingo y sonrió enormemente al encontrarse con la mirada de su maestro, a medias amorosa, a medias condesciente.
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Shur'tugal || KilixOC || Crossover El Hobbit/Eragon
Fanfic"- Por favor, quédate" "- No puedo" "Tras ellos, el dragón blanco rugió." Crossover El Hobbit/El Legado (Eragon) KilixOc Disclaimer: solo tengo el derecho de mis dos OC's, Aiedail y Raaulum, junto a otros como Kurin o Aghnetí. Los demás personajes p...